GANADERÍA: Espartaco con cuatro erales y dos añojos de magnífica presentación y excelente juego en general. Novilleros: : Carlos Ojeda, silencio. José Cabrera, oreja y petición de segunda. Daniel González, alguna palma. Rubén Martínez, saludos desde el tercio. Sergio Roldán "El Sereni", palmas. "El Benavides" alguna palma.

En Tabernas se puso todo corazón: el de los vecinos y aficionados que llenaron los tendidos con muchas ganas de diversión y el de los responsables de la Escuela por darles festejos a los alumnos con elección del ganado con presencia de importancia y embestida para hacer genialidades con capote y muleta. Algunos ejecutaron pinceladas de buenos trazos con momentos interesantes sin estar a la altura que la tarde merecía.

Por empezar con la espada de mitin general. Cosa normal y entendible aunque se debe tener más picardía para hacer uso de entrenamiento y, de no matar a la primera, entender como oportunidad para ejecutar tantas veces como se pueda con la tizona.

Por desmenuzar, sin intención de herir, matizar que a Carlos Ojeda le faltó centrarse sin negarle más voluntad que acierto; José Cabrera con excesos en el intento de conexión con el público pudo cortar rabo de caretar con la muerte estando bien en banderillas; Daniel González abusó del acompañamiento de embestida y recorte sin mando real a pesar de ciertos pasajes de temple; Rubén Martínez hizo muy bien las cosas a falta de una chispa de conexión; 'El Sereni' como toreando de salón con temple y asiento en plaza y al debutante ante el público 'El Benavides' le pudieron las ganas aunque no faltaron los momentos de lucimiento. Todos brindaron o al público o a familiares cercanos. Si hay lección aprendida ayer es una: que está más que justificada la existencia de la Escuela por lo mucho que queda por aprender.