Coronavirus Almería

La amistad en acuarela

  • Inmaculada Rumí agradece la labor de todos los sanitarios retratando a su hija Luna y siete de sus mejores amigas, todas ellas médicos almerienses que luchan contra la pandemia en diferentes hospitales de España

Acuarela con las ocho jóvenes médicos almerienses.

Acuarela con las ocho jóvenes médicos almerienses. / Inmaculada Rumí Ibáñez (Almería)

Desde que comenzó la crisis sanitaria del coronavirus miles de ciudadanos salen cada día a sus ventanas y balcones, justo cuando los relojes marcan las ocho de la tarde, para romper el silencio de una larga jornada más de confinamiento. Lo hacen para agradecer de corazón el pundonor de todos los profesionales de la sanidad pública española y trabajadores en general que se encuentran en la primera línea de la dura batalla que actualmente está librando la sociedad contra la enfermedad COVID-19. Ese aplauso masivo que recorre cada calle de cada barrio, es un aliento de apoyo moral para todas y cada una de las personas que se dejan la piel ahora más que nunca para salvaguardar la salud de cualquier civil que lo necesite.

Inmaculada Rumí posa para este diario junto a la preciosa acuarela en su espacio artístico. Inmaculada Rumí posa para este diario junto a la preciosa acuarela en su espacio artístico.

Inmaculada Rumí posa para este diario junto a la preciosa acuarela en su espacio artístico. / (Almería)

Sin duda es el gesto más extendido en homenaje a los sanitarios, pero no es el único. Desde que se decretó el estado de alarma han surgido, gracias a una sociedad que está siendo consciente de lo importante que es para la misma la tarea de estos profesionales en los momentos más complicados, numerosas formas de apoyo y gratitud a dicho gremio. Bomberos y distintos cuerpos policiales se han plantado ante las puertas de hospitales, centros sanitarios o residencias geriátricas para formar bajo las luces y el sonido de las sirenas de sus vehículos en reconocimiento a los miembros de un sistema sanitario que, pese a las dificultades creadas por el coronavirus, están dando la cara de sobra. Otras personas, como Inmaculada Rumí Ibáñez, muestran esta enorme gratitud por medio de la expresión artística.

Primera acuarela que Rumí dedicó a los sanitarios con Torrecárdenas de fondo, pintada unas semanas antes que la que ha hecho de su hija y amigas. Primera acuarela que Rumí dedicó a los sanitarios con Torrecárdenas de fondo, pintada unas semanas antes que la que ha hecho de su hija y amigas.

Primera acuarela que Rumí dedicó a los sanitarios con Torrecárdenas de fondo, pintada unas semanas antes que la que ha hecho de su hija y amigas. / Inmaculada Rumí (Almería)

La almeriense ha retratado a su hija Luna y siete de sus mejores amigas, todas ellas médicos en diferentes hospitales de España, en una acuarela, con el Hospital del Poniente a sus espaldas como símbolo, que se ha convertido en un hermoso homenaje para ellas y todos sus compañeros sanitarios. "Es un agradecimiento general a los que se están dejando la piel estas semanas durante la crisis sanitaria, pero quería poner caras a toda esa gente y lo hice con estos ocho retratos, de mi hija y sus amigas. La primera acuarela que pinté fue dedicado a Torrecárdenas. Soy arquitecta y el edificio dice mucho, pero no se ven caras. Pensé entonces que mi hija, que es médico, se merecía que le hiciese algo como agradecimiento y cuando se lo comenté me dijo que si la pintaba a ella tenía que pintarlas a todas", afirma Rumí, funcionaria de la Junta de Andalucía de 60 años de edad que, desde que comenzó la cuarentena, se adapta al teletrabajo desde su casa.

En la emotiva acuarela se ven las expresivas miradas, en rostros medio tapados por las mascarillas, de jóvenes reales, con nombres y apellidos. Y es que la obra, cuyo objetivo era el de agradecer desde el corazón el durísimo esfuerzo que todas están haciendo en sus respectivos hospitales, guarda también una gran historia de amistad detrás, un vínculo de hermandad que estas médicos almerienses han ido forjando con el paso de los años. "Son amigas de toda la vida, inseparables, muchas de ellas se conocen desde los tres años. Estudiaron en el Mediterráneo, luego en el Nicolás Salmerón y volvieron a coincidir en Granada. Allí conocieron a varias de las chicas que también salen en la acuarela. Son un grupo muy bonito, unas niñas excepcionales que han creado un pandilla inseparable en la que curiosamente la mayoría se dedican al sector sanitario y cuando se juntan todas, según me dice mi hija, la medicina suele ser siempre el tema de conversación", comenta Inmaculada en tono risueño.

La preciosa acuarela de las ocho médicos almerienses con el Hospital de Poniente de fondo. La preciosa acuarela de las ocho médicos almerienses con el Hospital de Poniente de fondo.

La preciosa acuarela de las ocho médicos almerienses con el Hospital de Poniente de fondo. / Inmaculada Rumí Ibáñez (Almería)

Todas tiene 30 años y la mayoría llevan juntas desde crías

Aunque su grupo está formado por más chicas, en la acuarela aparecen solamente las que escogieron el camino de la medicina. De izquierda a derecha, salen retratadas María Esther Ramos, Elena Calatrava, Alba Pascual, María Sánchez, Luna Fuentes, María José Ayala, Lourdes Góngora y Andrea Cayuela. Todas son naturales de Almería, pero actualmente se encuentran ejerciendo su profesión en hospitales de diferentes puntos de la geografía española: Almería, El Ejido, Huércal-Overa, Málaga, Elche y Madrid. "Están separadas, pero siempre en contacto. Cuando es el cumpleaños de alguna de las chicas del grupo se lo curran mucho y hacen unos vídeos muy originales. También hacen cada año una quedada para irse todas unos días a una casa rural (plan que al que llaman ruralito)”, comenta la autora de una acuarela que tardó varias semanas en pintar, "porque hay que tener en cuenta que son ocho retratos". Afirma que su pasión por pintar no le viene de genética, "porque no hay nadie en mi familia que lo haya hecho antes, pero la he tenido desde siempre. Estuve trabajando 15 años en restauración del patrimonio artístico. He pintado óleo, pastel, pero desde hace años estoy con la acuarela, es lo que más engancha. Es una técnica limpia, necesitas papel acuarela, mezclas colores con el agua y se necesita poco peso, ya que una cajita con pincelitos es suficiente y es cómodo para llevarlo de viaje".

Inmaculada Rumí Ibáñez tenía un estudio de arquitectura con su marido y ahora cuenta, en su residencia de Ciudad Jardín, barrio del que son casi todas las chicas de la pandilla de su hija, con un espacio artístico, "una zona que uso para pintar". La almeriense, que participó en el libro Almería Dibujada, formado por cerca de 80 ilustraciones realizadas in situ por 23 artistas de sketchers, confiesa que "nunca suelo poner nada en Facebook, pero este sí, tenía que hacerlo. Lo ha visto muchísima gente y ya me han dicho que quieren una copia y la quieren poner en grande. Yo les daré una a cada una, es lo menos que puedo hacer, se lo merecen, esto no es nada comparado con todo lo que están haciendo ellas por nosotros con los jóvenes que son. Hay que tener en cuenta que es el primer contacto que han tenido con la realidad. Recién llegadas a la profesión nos están salvando. Poder representar eso de esta forma es lo menos que se puede hacer".

Las ocho protagonistas de la acuarela durante un día de playa. Las ocho protagonistas de la acuarela durante un día de playa.

Las ocho protagonistas de la acuarela durante un día de playa. / (Almería)

A las protagonistas de la acuarela les está tocando vivir una crisis sanitaria sin precedentes recientes que está poniendo de manifiesto cada día la entrega de cada una de ellas, su vocación. "Las admiro mucho, estoy muy orgullosa de la generación de mis hijos. Con 30 años recién cumplidos están viviendo una situación muy difícil, en primera línea", recalca la acuarelista, que gracias a sus pinceles ha logrado unir a todas las médicos del grupo en una representación artística que, sin duda alguna, será el mejor recuerdo que las jóvenes tendrán siempre de estos tiempos del maldito coronavirus que han tenido afrontar separadas, en la distancia, en diferentes frentes de batalla pero con un objetivo común: ganar la guerra al virus. Al referirse a su hija, Luna, Inmaculada muestra sensaciones contrastadas por todo lo que está ocurriendo. Asegura que "como madre estoy viviendo esto con mucha preocupación, pero también con orgullo. Nuestros hijos están lejos, pero estoy orgullosa y eso me compensa la preocupación".

Su obra ha tenido una gran repercusión emocional en sus protagonistas y familiares, ya que confiesa que "están todas emocionadas, han llorado al verlo, he recibido llamadas también de sus padres. Me dicen que les está motivando y solamente con saber eso ya ha merecido la pena". Seguro que María Esther, Elena, Alba, María, Luna, María José, Lourdes y Andrea ya cuentan las horas que restan para volver a juntarse, para estar con el resto de su grupo de amigas y lucir las sonrisas que ahora tapan sus mascarillas en una acuarela que, además de ser un claro homenaje a todos los luchadores incansables contra el virus, es también una auténtica alegoría de la amistad verdadera, la que es tan necesaria en tiempos complicados.

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