Tribunales

Un masajista de El Ejido acusado de abusar de dos clientas niega los tocamientos

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Un masajista que se enfrenta a seis años de cárcel por presuntos tocamientos en la vagina y clítoris de dos clientas ha negado este lunes los hechos que se le imputan, durante la vista oral celebrada ante los magistrados Luis Miguel Columna, Jesús Martínez y Soledad Balaguer en la Audiencia Provincial de Almería.

En su escrito de acusación, el fiscal señala que el acusado ejerce como masajista en un local de El Ejido, al que acudió una de las presuntas víctimas el 4 de noviembre de 2021 para recibir su atención debido a la fibromialgia que padece.

Sostiene que, tras cerrar la puerta de la sala de masajes con llave y pedir a la mujer que se quedase en ropa interior, con "ánimo libidinoso" le tocó la zona de la ingle, "rozándole la vagina y tocándole el clítoris". Asevera que la mujer cerró los muslos y se marchó del centro cuando el acusado insistió en tocarle de nuevo la vagina.

Añade que el 14 de junio de 2022 fue a dicho local la segunda presunta víctima para recibir un masaje de una hora de duración, así como que el acusado le habría preguntado si quería que le tocase la vagina, a lo que ésta se negó. Sin embargo, el fiscal Manuel Hermoso asegura que más tarde habría actuado de igual forma al caso anterior.

Por estos supuestos hechos, el fiscal acusa al investigado por dos delitos de abuso sexual, interesando penas de tres años de cárcel por cada uno de ellos, además de sendas órdenes de alejamiento de 300 metros durante tres años respecto de las dos denunciantes. Además pide que sea inhabilitado para su profesión durante seis años y la medida de libertad vigilada durante cinco años, y el pago de dos indemnizaciones de 1.500 euros.

Durante la vista oral, el acusado ha apuntado que la primera de ellas contactó con él a través de Facebook y cómo le hizo un masaje para paliar los efectos de la fibromialgia que implicaba tocar 18 puntos distintos del cuerpo.

Ha asegurado que a los 25 minutos de comenzarlo recibió una llamada que hizo que se diese cuenta de que llegaba tarde al trabajo, por lo que se vistió y salió corriendo. “Bajo ningún concepto he tocado a esa señorita en ninguna zona que ella no me haya permitido”, ha asegurado.

Respecto a la segunda víctima, ha relatado cómo el día anterior a su masaje acudió junto a su pareja a la peluquería que lleva su yerno en el local contiguo al suyo. Según él, quedó en realizar un masaje a ambos miembros de la pareja, por la mañana al hombre y por la tarde a la chica.

Subraya que la víctima le pidió un masaje de relax, pero que luego le pidió también otro para tratar las contracturas que tenía debido a su trabajo en un almacén agrícola. A su vez, asegura que en un primer momento se percató de que no llevaba el sujetador y que más tarde, al cambiar de camilla, vio que ya no tenía puestas las bragas.

“De lo que me arrepiento es de haber proseguido con ese masaje. En ese momento tendría que haber parado, haberle dicho que se vistiese y se marchase. Como se tapó la zona y no vi ningún ánimo para que no prosiguiera, seguí con el masaje”, ha afirmado.

Ha incidido en que ni siquiera le tocó el muslo por dentro para tratar la última contractura y que la mujer se fue sin problemas, siendo unos 40 minutos después cuando lo llamó el novio de ésta para hablar con él. “Cuál fue mi sorpresa y me dicen que me había intentado sobrepasar”, ha abundado. En este sentido, ha argumentado que cree que lo denunció al pensar que podría contarle a su novio que iba sin la ropa interior.

También han declarado las víctimas, que han ratificado lo denunciado y expuesto por el fiscal Hermoso. La primera de ellas ha insistido en que le tocó de forma intencionada esa parte de su cuerpo y que éste le dijo que en dicho punto se “acumulan muchas tensiones”, aunque el masajista ha negado previamente que tocar la vagina pudiese servir en un caso de fibromialgia.

La segunda de ellas ha defendido que fue él el que le pidió que se quitase la ropa y que conforme avanzaba el masaje notaba cómo bajaba cada vez la toalla, hasta que finalmente le tocó sus partes. “Me dijo que lo había hecho muchas veces, que si me tenía que correr dos o tres veces, que lo hiciera, que no le dijera nada a mi pareja y no me preocupara, que era la única manera”, ha añadido.

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