Almería

La prostitución poscovid sale de los clubes y calles para concentrarse en pisos y cortijos

La prostitución poscovid dice adiós a los clubes y calles y se concentra en pisos y cortijos

La prostitución poscovid dice adiós a los clubes y calles y se concentra en pisos y cortijos

El negocio de la prostitución tiene un fuerte impacto en la provincia y en los últimos tiempos se presenta como un fenómeno cambiante que se está articulando en diferentes modalidades. Nada tienen que ver las condiciones ni las circunstancias en las que trabajan la mayoría de mujeres procedentes de Europa del Este en clubes de alterne de Santa María del Águila, con copas a 20 euros y salidas a domicilios por 300, con las que soportan las inmigrantes subsaharianas en los cortijos e infraviviendas ubicadas en núcleos agrícolas de Cortijos de Marín o Campohermoso en los que son forzadas a practicar relaciones sexuales por solo 10 euros. Mientras que las primeras, que antes procedían principalmente de Rusia y desde hace años están siendo reemplazadas por mujeres de Ucrania, suelen ser captadas con ofertas de trabajo por internet y su realidad al llegar a España se corresponde con lo que acordado, las que vienen de Latinoamérica y África para trabajar en viviendas entre invernaderos normalmente son víctimas de violencia y de todo tipo de coacciones y amenazas. Entre ambos estratos se sitúan las trabajadoras del sexo de los clubes de plaza, normalmente junto a las carreteras y con luces de neón en localidades del levante, que pagan 40 euros diarios al propietario más otros 20 por cada pase a habitación cuya tarifa ronda los 60 euros.

Tres caras bien distintas para un mismo negocio marcado por el carácter trasnacional de las redes y mafias de la prostitución que se encargan de la captación y desplazamiento a la provincia de mujeres a las que cobran 3.000 euros por la bolsa de viaje, una deuda que las obliga a convertir su cuerpo en mercancía al menos durante unos primeros meses. El inspector jefe de la UCRIF de la Policía Nacional en Almería, Daniel Pérez, es uno de los mayores especialistas en la investigación de la trata de personas con fines explotación sexual en la provincia. Es uno de los ejes prioritarios de actuación policial en materia migratoria y durante los últimos años están llevando a cabo una auténtica cruzada en la provincia, principalmente contra los clubes de alterne que visitan de forma habitual. “Los tenemos atosigados, no hay proxeneta que no hayamos detenido alguna vez, ningún explotador que no haya pasado por la cárcel”. Tan sólo en 2021 inspeccionaron 43 locales de la geografía almeriense y liberaron a 25 mujeres obligadas a ejercer la prostitución en una treintena de operaciones.

La prostitución callejera prácticamente se ha extinguido de las calles almerienses La prostitución callejera prácticamente se ha extinguido de las calles almerienses

La prostitución callejera prácticamente se ha extinguido de las calles almerienses

Los pisos y cortijos de alterne no son un fenómeno reciente y ya en 2009 se detectaron los primeros focos en la provincia por parte de organizaciones sociales como Cruz Roja, si bien después de la pandemia se han venido incrementando, lo que dificulta el control y acceso policial a las víctimas. Por la inviolabilidad de un domicilio es más complejo conseguir una orden judicial aún teniendo sospechas evidentes que en un club de alterne que se visita con asiduidad. No obstante, se ha estrechado el seguimiento de los nuevos epicentros de la prostitución en las zonas agrícolas en detrimento de los clubes. En la actualidad hay censados más de medio centenar en Campohermoso, Níjar, Cortijos de Marín y El Parador, La Mojonera y Tierras de Almería, entre otros núcleos enclavados en el mar de plástico almeriense.

Diez euros por servicio

Este tipo de negocios clandestinos, sin licencia, cuentan con entre seis y cuatro mujeres que mantienen relaciones por 10 euros en condiciones de insalubridad, a veces en la misma habitación separadas por sábanas a modo de cortina y en jornadas maratonianas de 14 horas los siete días a la semana. Al frente está la figura de las ‘mamis’ con las que contactan cuando llegan a la provincia desde sus países de origen. Daniel Pérez explica que en estos inmuebles antes sólo había subsaharianas, pero están entrando mujeres de países como Ecuador, Colombia o Venezuela. Suelen sufrir un trato vejatorio y tienen que estar disponibles siete días a la semana. Coacciones, violencia y hasta vudú cuando proceden de África forman parte del modus operandi de los explotadores. “Hay un declive de los clubes de alterne y la prostitución callejera está bajo mínimos. Las víctimas tienen cada vez más información sobre sus derechos y cuentan con el acompañamiento que ofrecen las oenegés”. La Policía ha venido desmantelando los locales de alterne con 20 o 30 mujeres en situación irregular. Tan sólo en El Ejido se contabilizaban hace una década en torno a 300 trabajadoras del sexo de Europa del Este y hoy apenas quedan una treintena porque se han cerrado negocios ilícitos y detenido a sus propietarios.

Las operaciones y juicios que se vienen realizando en 2022 son la mejor prueba de la acción policial. En mayo, por ejemplo, detenían en El Ejido a una madame de 38 años y nacionalidad colombiana que obligaba a ejercer la prostitución a cinco mujeres en un piso a través de anuncios en páginas webs de citas a 100 euros la hora. Giralda, Minotauro, Zulia-Aragua, Lealtad o Frozen son sólo algunos de los nombres con los que han sido denominadas la treintena de operaciones que se realizaron en la provincia en 2021 poniendo a disposición judicial a 25 personas por hechos delictivos relacionados con la prostitución y desmantelando hasta cinco redes dedicadas a la trata de personas en exclusividad. A veces el reproche penal pasaría por no darles de alta en la Seguridad Social o contra los derechos de los extranjeros. De ahí que en las inspecciones suelan ir acompañados por funcionarios de la Inspección de Trabajo.

Trata y explotación sexual

“Hay que distinguir entre la trata de seres humanos y la prostitución, cada vez hay menos diferencias, pero judicialmente el procedimiento es distinto. El consentimiento es la clave, aunque a veces parece que ejerce de manera voluntaria y realmente no tiene más opción por su situación de vulnerabilidad, por ser mujer inmigrante y pobre”, explica el inspector. Los que mercadean con el cuerpo de estas víctimas aprovechan su situación de falta de recursos, la ilegalidad administrativa y otro tipo de presiones como el pago de la deuda del viaje. La fiscal adscrita a la Unidad de Extranjería de la Fiscalía General del Estado, Beatriz Sánchez, ponía el foco en unas jornadas de la UAL en la relación “directísima” entre la trata y la inmigración irregular. “Uno de los grandes medios para doblegar a una persona es la deuda contraída durante el proceso migratorio”.

Andrea ha dejado atrás la explotación sexual con la ayuda de Cruz Roja Andrea ha dejado atrás la explotación sexual con la ayuda de Cruz Roja

Andrea ha dejado atrás la explotación sexual con la ayuda de Cruz Roja

En base a los estudios y causas incoadas estima que un 95% de mujeres prestan servicios sexuales en situación de explotación y proxenetismo y apenas un 5% lo hacen voluntariamente. El 18 de julio la Audiencia condenaba a dos años de prisión a una pareja de Garrucha que forzaba a féminas en situación de extrema vulnerabilidad. Las coaccionaban con su situación de irregularidad administrativa o la falta de recursos económicos y de arraigo y les facilitaban todo tipo de drogas para doblegar su voluntad. Y en octubre, los propietarios de un club de Santa María del Águila eran condenados a penas de hasta cinco años y tres meses de cárcel por el delito de trata de mujeres, procedentes de Bielorrusia, a las que tenían encerradas en un inmueble siempre a disposición de los clientes.

Los reservados en El Ejido

Daniel Pérez hace una radiografía de la prostitución tradicional en la provincia como un sector a la baja en los últimos años y cree que la crisis asociada a la pandemia le ha pasado factura, a pesar del auge de estas nuevas fórmulas en las zonas agrícolas y pisos particulares. La que se continúa ejerciendo en las calles es prácticamente residual hoy, pero se mantiene actividad en los clubes de plaza. Y pone el foco en un “fenómeno peculiar” que no se encuentra en otros municipios ni provincias, el de los reservados en bares de copas de El Ejido. La UCRIF está al frente de una cruzada policial (casi 400 operaciones entre 2017 y 2020) contra el proxenetismo en una de las provincias del país con mayor impacto de este negocio bastante lucrativo y a su vez cambiante. Cruz Roja atiende cada año en Almería entre 70 y 100 mujeres que sufren explotación sexual con violencia, intimidación y engaños y que en su mayoría han sido captadas por redes de trata. Almería es la provincia andaluza con más víctimas de explotación sexual atendidas por el Instituto Andaluz de la Mujer, prácticamente todas extranjeras. La trata y la prostitución son un negocio ilícito que no cesa y se aprovecha de las corrientes migratorias para perpetuar esta esclavitud del siglo XXI. 

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