En una sala de prensa con aspecto de velatorio por la ausencia de los compañeros de la radio, extorsionados por la LFP, Lucas Alcaraz realizó su primera comparecencia oficial de la temporada para intentar explicar lo inexplicable, que el Almería terminase empatando un encuentro que ganaba por 2-0 al descanso y con un hombre más en el campo.

"El primer tiempo ha sido un monólogo y ellos en la segunda no tenían nada que perder. Han arriesgado en las acciones, pero ha habido más fallos nuestros que aciertos de ellos, por lo que una de las cosas fundamentales para no sacar adelante el partido es que hemos estado poco contundentes arriba y dos fallos defensivos nos han condenado".

Los dos errores que apunta el técnico granadino tienen que ver con el penalti de Carlos García y el contragolpe que no supieron frenar y derivó en igualada: "El equipo se ha rehecho y ha tenido bastantes situaciones de peligro, pero nos ha faltado ser más prácticos en la finalización de las jugadas. El fútbol se gana y se pierde en las dos áreas. Quedan 40 partidos, hay que quedarse con lo bueno e intentar corregir lo malo. Hemos cometido dos negligencias que nos han costado dos puntos", reiteraba Alcaraz.

Al preparador rojiblanco tampoco le hizo gracia alguna que otra pena máxima escatimada: "He visto más jugadas de penalti, uno a Rafita, otro a Leo y una mano a última hora en el área que me han dicho que era, pero no quiero hablar de los árbitros".

A los pitos del final quiso quitarles hierro: "Es normal, la gente en el descanso ha aplaudido y al final ha gritado. Borraría el último minuto del partido, pero con lo que hemos generado, teníamos que haber hecho más daño".