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Defendió, como todo el equipo

  • Mané no sufrió por su banda las acometidas ilicitanas, aunque no pasó tampoco del centro del campo No tuvo ni una falta cercana que chutar

Después de cuatro años y medio fuera, el gaditano volvió a ponerse la indumentaria del Almería en un partido de Primera División, ya que en Copa sí que había jugado. Pero no fue la rojiblanca, fue una que él no había visto, fucsia con pantalón y medias negras. El lateral, que vino en el mercado invernal para hacerse con el puesto más problemático del equipo, tuvo ayer su primera oportunidad como sustituto de Dubarbier una vez que Raúl García se marchó.

Como los años no pasan en balde y lleva algún tiempo sin competir, algo que no perdona para los deportistas de alto nivel, Mané no tuvo ayer la alegría que le caracterizaba para subir por la banda. Tiró de oficio, quiso guardar la posición y evitar que Carles Gil le cogiera la espalda con facilidad. Tenía enfrente a un extremo joven, habilidoso y rápido, por lo que la experiencia era su mejor arma para sufrir lo menos posible.

La primera parte de Mané fue tranquila, sin sobresaltos con su par. Aleix Vidal era su compañero por banda, lo que también facilitó que Damián tuviera que estar atento al tarraconense y no provocara un dos para uno ante el gaditano. Sin perder su sitio, Mané sacó un par de centros lejanos, que despejó sin problemas la defensa del Elche. El partido tampoco se había planteado para ser un carrilero como antiguamente, cuando ganaba la línea de fondo sin dificultades para sacar centros, ya que Rafita igualmente estaba más preocupado de su espalda que de irse al ataque.

Empujado por un Elche que quiso irse al descanso por delante en el marcador, y lo mereció, Mané se puso las pilas en los últimos minutos con un par de buenos robos a Carlos Gil y con un balón que sacó de cabeza en el segundo palo cuando Coro entraba solo al remate. El lateral estaba aguantando el tipo sin demasiados problemas. Eso sí, ofensivamente no estaba aportando lo que él solía porque la pizarra así lo dictaba.

Sin embargo, al cuarto de hora de la segunda parte las cosas se iban a torcer tras encajar el primero. Tocaba dar un paso adelante para buscar una igualada que se presentaba francamente complicada porque la gente de arriba tenía nublada la mirilla. El Elche, si ya no estaba queriendo jugar, ahora iba a dejar menos, por lo que el ritmo de juego iba a ser más lento todavía. El gaditano se asomó un poco más arriba y sacó varios centros que fueron rematados fuera. Pero si el Almería había tenido poca sangre en la primera parte, en la segunda fue más de lo mismo. Pese a ir por detrás en el marcador, el gaditano no podía avanzar porque el equipo no daba dos pases en condiciones. De momento, en los tres partidos oficiales que ha jugado [los dos del Racing en Copa y ayer] no ha cantado victoria.

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