El Almería se la juega este mediodía. En un horario intempestivo para la práctica del fútbol y sin el balón rodando en el otrora Estadio de los Juegos Mediterráneos un mes después, el conjunto rojiblanco necesita un triunfo como el comer para abandonar la racha en la que se encuentra sumergido, las peores horas desde que llegase Turki Al-Sheikh en agosto de 2019. El cuadro indálico acumula cuatro derrotas consecutivas y 395 minutos sin anotar un gol, lo que ha provocado que ocupe puestos de descenso desde el pasado sábado por primera vez en la temporada. Atrás quedan las buenas sensaciones mostradas ante el Real Madrid y el Sevilla, con esos cuatro puntos conseguidos en las tres primeras jornadas del campeonato, precisamente los únicos que tiene en su casillero.

Un gol en contra podría hacer aparecer el runrún de la grada. El equipo ha pedido paciencia

La marcha de Sadiq rumbo a la Real Sociedad en las últimas horas del mercado propició otra cara a la escuadra indálica, perdiendo el potencial en ataque y también contundencia defensiva (no ha dejado la portería a cero en toda la liga). Rubi ha probado con defensa de cuatro efectivos y de cinco, tocándole hoy el turno a jugadores con experiencia en Primera División como Melero o Embarba. Ambos apuntan al once titular, en el que podría haber hasta media decena o docena de novedades respecto a la foto inicial del nuevo San Mamés, donde los almerienses fueron un muñeco a manos del Athletic.

Rubi quiere que piezas con experiencia como Melero y Embarba asuman más responsabilidad

Olvidada esa negativa actuación, ahora toca remontar el vuelo. Y para ello Rubi volverá al 1-4-1-4-1 que tan buenos resultados le dio la temporada pasada. Ya recuperados de sus correspondientes lesiones Pozo, De la Hoz y Embarba, sólo quedan Chumi, Centelles y Milovanovic en la enfermería, por lo que el técnico de Vilasar de Mar tiene más dónde elegir. El propio Pozo y De la Hoz serán otras de las caras nuevas, antojándose la presencia del cántabro fundamental por ese equilibrio que da en un centro del campo que no termina de carburar. También podría entrar Pacheco, siendo otra de las dudas si será Ely, Kaiky o Babic el damnificado con el cambio de sistema.

De la Hoz será otra de las novedades, resultando fundamental el equilibrio que aporta

Sea con las piezas que sea, jugadores y técnico han pedido durante la semana paciencia. El equipo rojiblanco busca evitar el runrún de la grada en caso de no comenzar el encuentro durante desea. Rubi también ha hecho hincapié en el aspecto mental, sabiendo aguantar las embestidas del rival cuando toque sufrir, como bien hizo ante el Sevilla, logrando la única victoria de la temporada ese curso. Otro de los términos que más se ha repetido estos días en la sala de prensa del Power Horse Stadium es el de 'responsabilidad', con jugadores que buscan echarse el equipo a la espalda para voltear la situación. Una victoria serviría para dar tranquilidad, confiar en el trabajo realizado hasta la fecha y salir del descenso. Sin embargo, no lograr el triunfo podría suponer el adiós de un Rubi, que asegura que su equipo está "unido".

Enfrente estará un Rayo sin presión, que suma diez puntos, procedentes de tres victorias y tres derrotas. El conjunto de Iraola llega tras vencer al Elche por la mínima, sin ninguna urgencia y con el deseo de encadenar dos victorias para acercarse a los puestos europeos. En las filas visitantes estarán tres ex del Almería, caso de Balliu, Saveljich y Pozo, aunque todo hace indicar que sólo el lateral será de la partida. Con la única baja de Andrés Martín (lesionado de larga duración), Iraola tiene dónde elegir, sin atisbarse demasiados cambios respecto al once cerró la séptima jornada el pasado lunes. De hecho, podrían actuar incluso los mismos efectivos. Debe ser un asunto menor para un Almería que tiene que ganar sí o sí para regresar a la tranquilidad y olvidar fantasmas pasados.