Los incendios del verano se apagan en invierno”. Este periodista está totalmente persuadido que está expresión no le resulta extraña ni desconocida a casi nadie. Es más estoy convencido que muchos hemos crecido con ella. Y sigue de plena actualidad porque los incendios se repiten más que el ajo. Los hay intencionados, esos que son provocados por el hombre para que crezcan las zonas de pasto en el monte, y existen también los que se producen de forma natural, por efecto de tormentas eléctricas. Pero unas y otras se pueden evitar o al menos minimizar en sus efectos si se trabaja cuando toca, en el invierno y a corto y medio plazo, en la limpieza de los montes y de su masa foresta. La alusión viene al caso y es de aplicación al mundo del fútbol. El trabajo que se anticipe ayuda o puede ayudar a una campaña más placentera o a cumplir objetivos. Retrasar este trabajo al verano, cuando han acabado los Campeonatos y se produce una inflación entre la demanda y la oferta, resulta contraproducente ye en muchos de los casos no depara buenos dividendos. Todo esto viene al caso que la Operación Retorno a Primera ha de iniciarse sin esperar a que baje el telón liguero. La UDA, en este sentido, ha realizado una serie de movimientos en el mercado de fichaje de invierno que le pueden resultar válidos en Segunda. Los rojiblancos han sido un Segunda en excedencia en Primera y en la 2024/25 ha de cambiar este sambenito y se han de comportar como un Primera en Segunda. Pero sin divismos ni apriorismos. Hay que gestionar la humildad y el trabajo. El club va a tener dinero de las operaciones de venta y la reducción de los sueldos, además de la compensación por el descenso. Bajar a Segunda duele, pero no es el fin. Lo dramático es gestionar mal cuando se tienen ‘posibles’ y la UDA los va a tener.

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