Graderío

Ramón Gómez-Vivancos García

El Almería se reencuentra a sí mismo

LA coherencia de Hugo Sánchez por un lado y el compromiso de los jugadores por otro, están sacando a flote a un conjunto que, aunque nunca estuvo en descenso, transmitía muy malas sensaciones debido al enrarecido ambiente que se respiraba en el vestuario antes del parón de Navidad. Ayer frente al Athletic, sobre todo en la primera parte, los aficionados disfrutaron como nunca lo habían hecho en esta temporada. El equipo, capitaneado por Iriney, fue una máquina perfectamente engrasada donde los jugadores empiezan a conocer de memoria la posición de su compañero. Aun así, conviene matizar algunas cosas para seguir mejorando. Y es que el Almería, que por momentos fue muy superior ante varios suplentes del Athletic, no debería bajar la guardia en la búsqueda de refuerzos antes de la finalización del plazo, que será el próximo fin de semana. Incluso, si se hubiera hecho lo mismo contra el conjunto de gala del rival, seguiría opinando lo mismo. Eso sin contar con el bajón sufrido durante muchos minutos de la segunda mitad. Lo único que sí le reprocharía a Hugo Sánchez es la inacción durante esos momentos del segundo período, cuando el equipo precisaba un cambio de verdad y no uno sin venir a cuento, estéril, como fue la entrada de Piatti sustituyendo a Crusat. Luego los dos cambios restantes se utilizaron más bien para perder tiempo, sobre todo en el caso de Corona, siendo la segunda vez consecutiva que ocurre. Por cierto, según varios testimonios, Arconada entrenaba a medio gas. Además, confiaba en Natalio como jugador de futuro para la primera división. Por fortuna, el tiempo termina poniendo a cada uno en su sitio.

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