Alumbramiento inagotable

De 1956 es una célebre película-documental que lleva por título "El misterio Picasso"

De 1956 es una célebre película-documental que lleva por título "El misterio Picasso", grabada durante los meses de verano por el cineasta Henri-Georges Clouzot en el taller que Picasso tenía en su residencia de Cannes, "La california". Se trata de un documento asombroso, verdaderamente único y excepcional, que nos permite asistir al proceso creativo del genial artista. Picasso pinta sobre lienzos semitransparentes con tintas impregnadoras que, sabiamente iluminados, son captados por la cámara en su dorso, pareciendo así que el artista trabaja directamente sobre la pantalla de proyección. El resultado permite asistir al milagro de la pintura revelada, desde los trazos preliminares hasta su conclusión, pasando por toda suerte de probaturas y tanteos verdaderamente ingeniosos e inagotables. Figuras, bodegones o paisajes conforman este corpus de imágenes, desveladas aquí para el deleite del espectador. Se trata de composiciones muy elementales en ocasiones y otras de mayor complejidad formal. Tras la grabación, Picasso destruyó todas estas pinturas creadas ex profeso para la película, lo que le otorga una mayor importancia si cabe. El gobierno francés declaró esta filmación como "Tesoro Nacional" en 1984. El filme muestra como ningún otro documento, libro o escrito, la prodigiosa capacidad de Picasso en términos exclusivamente plásticos; su don supremo para visualizar, en un instante, la arquitectura compositiva de la imagen, sometida a un incesante tour de force -cual variaciones musicales sobre un mismo tema- que la exprime y la hace pasar por multitud de estados a cual más brillante. El pintor no se encadena a nada ni se somete a prejuicio estético alguno; deja volar libre la oportunidad improvisadora. El cuadro le va llevando -y él mismo al cuadro, en una especie de duelo fructífero y amistoso- por territorios nuevos, inexplorados, totalmente imprevisibles. Se entiende aquí su célebre aserto "El pintor no busca, encuentra" con claridad. En especial, un par de cuadros del final de la película muestran una enorme cantidad de "estados" diferentes, todos bellísimos y aleccionadores, suficientes en cualquier otro artista para generar varias decenas de obras diferentes. Algunos podrán pensar -con evidente tino- que esta película reduce a Picasso a lo puramente estético y plástico del acto de pintar; y así es, pero... ¿no es acaso lo único imprescindible en un verdadero pintor?

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