Bitcoins en el basurero

¿Qué diantres es un bitcoin? Sobre todo, cuando la ingeniería financiera solo tapa los agujeros del bolsillo

No es fácil, sobre todo para quienes no conocen más ingeniería financiera que la de ser capaces de llegar a fin de mes, sin un nuevo zurcido al agujero del bolsillo, saber qué diantres es un "bitcoin". Si se dice que una "criptomoneda", algo suena a oculto o encubierto. Si moneda virtual, el maldito parné no se cuenta con las manos o con los gastosos roces de las tarjetas de crédito, tras esos contactos de las transacciones que solo dan el susto cuanto se consultan, también por "interné", las liquidaciones mensuales. Sino que el valor de la "criptomoneda" es fluctuante, ya que cotiza a tiempo real, en función de los movimientos de oferta y demanda que controlan los integrantes de la red donde circulan los "bitcoins" con códigos cifrados. Como no hay bancos centrales, ni respaldo de las autoridades, además de estar preservado el anonimato de quienes acumulan este peculio virtual, la generación de nuevos "bitcoins" no consiste en la acuñación de monedas o la emisión de billetes, sino que responde a un proceso descentralizado, con el nombre de "minería", por el que la red premia a los miembros sus servicios en el procesamiento de las transacciones y el aseguramiento de estas mediante dispositivos especializados.

Pues bien, un inversor británico se deshizo accidentalmente de su ordenador, hace ya algunos años, en 2013, donde guardaba 7500 "bitcoins" que "minó" durante otros tantos años, entonces nada conocidos y con muy poco valor. Pero la cotización actual del "monedero digital" perdido supera los 225 millones de euros. De ahí que haya ofrecido 58 millones al ayuntamiento de la ciudad donde se encuentra el vertedero, a fin de poder excavarlo y encontrar el disco duro. Hasta el momento, no se ha accedido a la petición del inversor frustrado, con la motivación de los riesgos medioambientales y la dificultad extrema de encontrar el ordenador, primero, y recuperar sus archivos, después. Aunque el desolado "minero" haya cuadriculado el basurero, para planificar la búsqueda, y cuente con especialistas en la recuperación de archivos informáticos. Repartido el patrimonio de "bitcoins" entre el municipio, la empresa que excavase el vertedero, con un pago de la mitad del mismo, y la otra cuarta parte para quien se "minó" en su tiempo los "bitcoins" tan revalorizados.

Ciencia ficción parece este "sucedido" para cuantos solo alcanzan el desconcierto de no encontrar los cincuenta euros sin cambiar que guardaban en la cartera.

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