La tapia con sifón

Comodidad mortal

Nos hemos vuelto excesivamente cómodos: hasta para encender la radio se lo pedimos a un altavoz

Con motivo del Día de las Librerías ayer hubo en la librería Picasso una mesa redonda sobre literatura y gastronomía que compartí con Joseba Añorga y Curro Lucas. Es curioso que cuantos más libros sobre cocina se publican se cocine menos. Libros y numerosos programas de televisión y recetas a diario en los medios escritos. No sé a dónde van a parar tantos conocimientos culinarios si se cocina tan poco, no solo en las casas sino en los restaurantes, bares y catering. En otro acto celebrado el jueves, el Instituto Silestone nos ofreció una interesantísima charla sobre "Alimentos seguros en el siglo XXI: nuevos hábitos de consumo", a cargo de su directora Mayte Pelayo. Resumiendo mucho, dijo que, si queremos conseguir una auténtica seguridad alimentaria en el futuro inmediato, debemos cambiar drásticamente nuestra actitud y la manera de relacionarnos con los alimentos. Conclusión clara es que hay que volver a cocinar en casa, comprar productos frescos, de temporada y de proximidad, y usar el recetario tradicional. Un participante en el coloquio, alto cargo en Salud, dijo que las peores enfermedades del momento proceden en buena medida de nuestra actual forma de comer: precocinados, alimentos muy procesados y bajo consumo de frutas y vegetales frescos. O sea, que el diagnóstico de los científicos -nutricionistas, médicos, ambientalistas o microbiólogos como Mayte- coincide con la visión de los gastrónomos: Bogotá Madrid Fusión abrió con una declaración a favor del producto local y del rescate de las tradiciones culinarias. Nada nuevo, salvo la unanimidad y la urgencia: el (mal) futuro ya está aquí.

Nos hemos vuelto excesivamente cómodos: hasta para encender la radio se lo pedimos a un altavoz. Esa pereza nos va a hundir en la miseria, como me dijo un dominicano: "el mundo se va a acabar por culpa del hombre blanco, porque es muy cómodo". Venga, vamos a hacer un intento: pongamos este finde un cocido. Es de lo más simple, se echan todos los ingredientes en la olla y a la lumbre. Un robot de cocina hasta te lo prepara para la hora de comer. Y podemos hacerlo para varios días; uno de ellos con caldo y garbanzos sobrantes nos apañamos un puchero añadiendo unos dientes de ajo, perejil, morcilla y un puñado de arroz por cabeza. Fácil, sano, variado, gustoso, barato… ¿por qué pides una pizza por el móvil?

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