Fernando tiene 57 años y una hija de 28. Su hija estaba haciendo un doctorado en Alemania, donde residía desde hace dos años. Ella es una chica especialmente comprometida con causas sociales y últimamente le interesan sobre todo el problema palestino y los derechos de la mujer en los países árabes. Además, es muy activa en redes sociales. Este verano ha venido a España. Fernando la recogió con gran emoción, en el aeropuerto. Llevaba meses sin verla. La misma noche de su llegada, vino la policía a casa, detuvo a su hija y se la llevó al cuartelillo. Con un juicio rápido, la condenaron a 34 años de cárcel por difundir ideas peligrosas de la ideología de género, propia de socialcomunistas, podemitas, proetarras e independentistas.

Si cambiamos los lugares por Reino Unido y Arabia Saudí, la nacionalidad y los motivos de la condena, esta historia es completamente real. Pasó hace unos días. Condenada a 34 años de cárcel por difundir en twitter mensajes pro-palestina y feministas.

Manolo tiene 45 años y una hija de 16, que este verano ha empezado a salir con sus amigas a algunas fiestas con DJ, algún que otro pub (en horario razonable), las casetas de la feria… Una noche, llamaron por teléfono a Manolo, avisándole de que su hija estaba en el hospital. La estaban examinando porque alguien le había pinchado en la pierna cierta sustancia que hizo que se sintiera aturdida. No ocurrió nada más, gracias a que rápidamente se lo dijo a sus amigas, que la protegieron y atendieron.

Manolo y Fernando suelen quedar los viernes para tomar unas cañas en el bar de Fermín, el bar de la esquina, que huele a fritanga y tiene siempre los informativos, el fútbol o los toros encendidos y un montón de sabios comentaristas (casi siempre, varones) dándoselas de expertos en todo, a viva voz. Manolo y Fernando son gente de bien. Defienden la unidad de España, llevan pulseras con la bandera de España y otras de color verde claro, que no se quitan nunca. Ambos suelen indignarse y reírse del ministerio y la ministra de igualdad: «¿Eso para qué sirve?», «mira lo bien que se lo pasa la Montero con sus amiguitas» «deberían llamarlo el ministerio de igual-da, porque no sirve para nada, ¡jajajajaja!», «¿para cuándo pondrán un día del hombre?»…

Este viernes no hablan, no gritan, no bromean. Se miran en silencio.

Ten cuidado con lo que deseas... se puede convertir en realidad, en tu realidad.

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