Día Internacional de las personas mayores

La soledad es el mayor enemigo del alma. La soledad solo puede curarse con una medicina: la compañía, la atención, el cuidado

Este domingo anterior, día primero de octubre, se ha celebrado el Día Internacional de las Personas Mayores, personas que quieren seguir dando vida a los años, que tienen ganas de participar, y que le hagamos partícipes, disfrutar, aprender de los más jóvenes y emprender, conocer y tener nuevas experiencias; en resumen, seguir creciendo como personas y como miembros de esta sociedad. El colectivo de personas mayores es uno de los más afectados por la crisis y por las políticas que se producen en torno a ella en nuestro país. La celebración de este primero de octubre es el argumento para reivindicar experiencias individuales y colectivas y una excusa extraordinaria para poner en común ejemplos de otras formas de afrontar esta etapa de la vida.

Pero me dirá, amigo lector, que todo está muy bonito en la teoría oficialista, pero la realidad en la mayoría de los casos es otra: la soledad. La soledad es el mayor enemigo del alma. La soledad solo puede curarse con una medicina: la compañía, la atención, el cuidado. Sin embargo es difícil encontrar compañía cuando se está solo, solitariamente solo. Algunas veces, la solidaridad de unos pocos evita el final en soledad de muchos, justo de aquellos que, cuando el camino se acaba, cuando ya no queda trecho por recorrer, no tienen junto a ellos a nadie que les tienda la mano, que les escuche y les hable, a nadie que les haga compañía. Y se mueren solos. Habrá quien me diga que más se llevan la carretera, los accidentes laborales, la droga sobre todo y el infierno del cáncer. Pero también la soledad. Y tenemos que añadirle un plus, que pueden pasarse los días, las semanas y los meses sin que nadie se percate de que muerte y soledad confabuladas se han llevado una vida. La muerte en soledad está acabando por convertirla en un drama. Esta muerte así arroja cifras escalofriantes. Mi más sincero reconocimiento a quienes desde esa etapa de la vida se empeñan en mejorar y hacer mejor nuestra sociedad, a quienes son ejemplo de mucho y para muchos, a quienes atesoran experiencia y sabiduría, a quienes siguen siendo parte activa y protagonista de nuestra sociedad. Gracias a ellas hemos logrado cotas de bienestar para todos y para todas, por las que debemos seguir apostando. Debe ser un reto y un compromiso compartido. A todas ellas, mis deseos de salud y bienestar.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios