E L otro día encontré una reflexión muy buena sobre Wikipedia y su capacidad de gestionarse a sí misma, hasta el punto de la autofinanciación. Ese rasgo sirvió para definir el estado actual de esa plataforma digital como una República. Y me hizo pensar. No estaba mal encaminada la reflexión si tenemos en cuenta que el mundo de la red es un componente muy activo de las finanzas mundiales y que por eso puede funcionar y funciona como un sistema político. La red cotiza en bolsa y los plutócratas dan órdenes a los políticos. Todo lo sabemos. Ya no gestan estrategias la masonería, los iluminati, o etc, ahora son clubes como el bilderberg y esta incipiente casta virtual los que día a día suben en las cotas de poder. Todo lo que genere fluctuaciones financieras tiene la capacidad de gestar catálogos de prácticas políticas del todo operativas. En este caso, en el de Wikipedia, nos encontramos ante un buen ejemplo, el de la República (pero sin ideología), el de una organización autosuficiente y con buen gusto intelectual, referente mundial de la resistencia ante las posverdades y los fakenews; un ejemplo de defensa del saber. Que mejor que una República para algo así. Pero eso significa otra cosa: que las otras plataformas y redes sociales son justamente lo contrario, un campo de cultivo de la posverdad y de las falsas noticias para manipular a la población. Y cuando hablamos de control hablamos de pensamiento único, de pedagogía deformada, y llegados a ese punto hay que decir la palabra maldita: Dictadura. Si el Wikipedia es una República, cualquier red social donde se practique la manipulación de la información, o donde no se controle la misma, es una Dictadura. Y por desgracia, las acciones bursátiles de estas redes afectan a ciertos gobiernos convirtiéndose en altamente peligrosas. La nueva Dictadura es virtual y no tiene ideología política; se propaga como una infección por el mundo global y en la era de la información. El pensamiento único cabalga a sus anchas buscando adeptos y esbirros para mantener el sistema neoliberal. Ya no son algunas religiones las que controlan al pueblo, ahora están ciertas redes sociales para predicar la posverdad en el desierto deficitario de la educación básica y en el de la insuficiente educación humanística. Al menos nos queda Wikipedia como resistencia republicana y como utopía platónica al estilo de Tomas Moro.

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