En un día como hoy no nos vamos a poner trascendentes. No son días de dar catequesis. Si le ha tocado a usted la lotería, tendrá unas felices pascuas sin necesidad de que nosotros se lo deseemos; además, si le ha tocado no es probable que esté usted leyendo esto. Al 99 % que no le ha tocado ni el reintegro, como estará rebosante de salud tampoco tiene ninguna necesidad de felicitaciones.

A los que estén cabreados por el follaero del viernes en Cataluña, no los vamos a consolar con felicitaciones rutinarias. Los que han optado por echarle la culpa a Sánchez, ahora estarán refocilándose con los discursos de Rivera, Casado y el de Vox. No sabemos si felicitarles las pascuas o recomendarles que se emborrachen para olvidar la larga temporada que tenemos por delante con la misma barrila.

Porque la vieja receta de ajos, agua y resina no parece que les vaya a apetecer. A los que les echan la culpa a los que tienen la culpa -los ejecutores de violencias callejeras y televisivas- quizá si les venga bien la resignación, que siempre es más benigna para el cuerpo y el alma que el cabreo sistemático.

Tampoco es probable que lean esta parida los que están de comidas de navidad desde primeros de noviembre. Y las que quedan hasta mediados de enero.

Bastante felices son sus pascuas, y más para los fabricantes y vendedores de bicarbonatos y almaxes. También son muy felices las pascuas de los vendedores de comidas y bebidas propias de la estación, o de colonias y trapitos no menos propios. Las tiendas y puestos están abarrotados. Los precios de ciertos condumios han subido entre un cincuenta y un cien por cien.

El récord a la hora de escribir esto era el del rape: algo más del doble de su precio habitual. Lo que se hace más difícil es felicitarles las pascuas a los ateos. Y más difícil aún a la cada vez más extensa tropa de "navidófobos", que aumenta a mayor velocidad que la peña auntitaurina y los animalistas en general. Está el patio como para pedir que se recupere la novillada de lujo que se celebraba antiguamente cada uno de enero en el "coso de la avenida de Vilches" (no sabemos si el tal Vilches era banderillero, picador o monosabio).

En resumen, que aunque nos quedan muy pocos a los que felicitar, como nos da pereza mandar "christmas", aprovechamos esta tribunilla para desearles Felices Pascuas al que las desee.

Y buen año 2019 a todos. Volvemos después de Reyes.

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