La Si Dios -el de la derecha, digo- no lo remedia, hoy habrá gobierno en España, un gobierno de izquierdas. Quienes en los años setenta y comienzos de los ochenta luchamos -cada uno desde su propia trinchera, fuese ésta política, laboral o social- y apoyamos decididamente el cambio que entonces se prometía, recibimos esperanzados a Felipe González y luego vimos cómo, poco a poco, el socialismo derivaba hacia una socialdemocracia que edulcoraba el capitalismo neoliberal y se movía muy a gusto en su órbita renunciando, uno a uno, a sus principios fundacionales; quienes contribuimos, digo, a la asunción del poder por aquel Partido Socialista aún entonces de izquierdas renovamos hoy la esperanza de que esta vez el cambio sea real, efectivo y contundente, y fiamos esa realidad, efectividad y contundencia, no al PSOE, que se ha avenido a la coalición con Unidas Podemos forzado por las circunstancias, sino a este último partido y al resto de los que van a apoyar hoy la investidura de Pedro Sánchez.

Que el pacto reporte un país mejor, un sistema más habitable y más oportunidades para la gente, para toda la gente, depende fundamentalmente de los aliados de los socialistas mucho más que de estos mismos.

Porque aparte de llamamientos a manifestarse blandiendo banderitas, a engrosar el griterío por la unidad de España y a mostrar un vocabulario y unos tonos que infundan pavor al vecindario -o, mejor dicho, obviando eso, que sabemos es la forma que tiene la derecha de fomentar el odio a quienes no piensan como ellos-, por encima de todo esto, el fondo de la formación del nuevo gobierno es que los objetivos y acuerdos anunciados son propuestas netamente de izquierdas. Propuestas que no son nada radicales y que ponen al país proa al futuro, un futuro que favorezca a la mayor parte frente a los privilegios económicos y políticos de las élites escogidas.

Este será, si el dios de la derecha -o un "tamallazo"- no lo remedia, el gobierno de los indignados, del 15-M, del Sí se puede. De los desahuciados, de los dependientes y de los desfavorecidos por este sistema capitalista frío, insolidario y agresivo. El gobierno que derogará lo peor de la reforma laboral, la ley mordaza y la LOMCE. El que desarrollará el laicismo contemplado en la Constitución.

El que pondrá las bases para la resolución del difícil conflicto catalán. Es el turno de la izquierda. La hora de la inmensa mayoría.