M I familia es playera por naturaleza y, además, de los que siempre hemos necesitado poco espacio para cachibaches. Además, la playa me ha permitido aprender física: la flotación de una cámara con una persona encima (empuje), y lanzar una piedra plana que de saltos en el agua y produzca ondas concéntricas, aunque reconozco que cuando me gustaron más las ondas, fue de mayor, cuando estudié bien, dentro de lo que cabe, lo de "luz más luz oscuridad".

Toda mi divagación anterior sobre fenómenos físicos me ha venido a la cabeza por causa de la guerra de Ucrania, porque parece que siguen de actualidad las hondas, pero ahora con hache. Digo esto, porque da la impresión que esta guerra se está librando con hondas y piedras, como las del Peloponeso, pues la guerra de Ucrania ha distorsionado la economía hasta por causa de la paralización de algunas minas, cuyos minerales, que no dejan de ser piedras, se necesitan en la fabricación de productos buenos y bonitos que uno no puede ni imaginarse. ¡Lo que nos faltaba!

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