T ODOS en algún momento determinado hemos lanzado al aire, en tono de indignación: "¡Esta gente no son capaces de ponerse de acuerdo en nada! ¡qué inútiles! ¿para eso cobran?". Este tipo de exclamaciones son aplicables a cualquier grupo humano, especialmente si es de tamaño medio o grande, así como a cualquier organismo e institución, desde el congreso de los diputados, pasando por las distintas administraciones autonómicas, el ayuntamiento, o aquella oficina donde se tramita algo. Se incluiría, como organización, la escuela.

Planteo la siguiente cuestión, especialmente a personas que trabajen en medianas-grandes empresas u organismos públicos de cualquier tipo: ¿cuántas veces te has levantado de tu silla para ir a otro departamento, otra sección o a la persona responsable de otra cosa, sobre cualquier tema? ¿cuántas veces has dicho o pensado "no es de mi competencia"? ¿cuántas veces has pensado que los demás lo hacen todo muy mal, a diferencia de ti? (cosa que a su vez, ellos harán) ¿cuántas veces has esperado al cauce legal, al momento de la reunión convocada, al protocolo establecido, en vez de tratarlo de tú a tú, con la persona correspondiente? Si no acostumbras a levantar el trasero de la silla ni a mirar a la gente a los ojos, quizá no tengas demasiado derecho a quejarte de ninguna desorganización. Las estructuras formales tienen que existir, especialmente en organizaciones grandes y complejas. Es la única manera de distribuir tareas y de ser eficiente. El problema viene cuando la estructura es más importante que las personas que la integran o (peor aún) más importante que las personas que reciben un servicio determinado (llámense "clientes" o "ciudadanos"). Además, ¿cuántas veces nos ha pasado que aquello que no fuimos capaces de decir en la reunión o no se nos ocurrió, lo soltamos delante de la máquina de café, en el pasillo, entrando o saliendo de nuestro lugar de trabajo? ¿hemos pensado de verdad por qué algunas de las más grandes empresas colocan tumbonas, juegos, cafeterías muy cómodas y todo tipo de espacios de esparcimiento en sus instalaciones? Saben perfectamente que cuanto más se potencie el lado humano, la creatividad, los ámbitos informales… tanto mejor funcionará la empresa, dentro de sus estructuras. Tenemos que ser capaces de hacer que las escuelas y las organizaciones sean más humanas. También serán más eficientes.

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