República de las Letras

La República

España se debate en la lucha sin cuartel contra el coronavirus. Lo demás es pura entelequia

Hoy es el aniversario de la II República Española, aquel hito, aquel paréntesis democrático en nuestra historia contemporánea. Una historia llena de conservadurismo, de atraso y de desigualdades sociales en razón del nacimiento, de represión, de anhelos de redención de un pueblo permanentemente oprimido y marginado que sólo una vez, esa vez, el 14 de abril de 1931, pudo tomar las riendas de su destino y sobreponerse a siglos de explotación, analfabetismo y dominación por las clases poderosas de este país. Hoy deberíamos celebrar en la prensa y en las redes sociales que su recuerdo no se haya extinguido con el tiempo y que ni una guerra civil ni cuarenta años de dictadura hayan conseguido borrar de la Historia de España la memoria de aquel sueño de libertad. Y hoy, finalmente, otra vez plantearíamos -con más motivo tras las noticias habidas sobre las andanzas financieras corruptas del anterior monarca- el clásico dilema español desde mediados del siglo XIX: monarquía o república.

Pero todo es relativo en esta vida. Y nada humano, digo siempre, es eterno porque nada es perfecto. Hoy el dilema dramático en que nuestra patria se ve inmersa no es la forma de gobierno. Esa vieja dicotomía pertenece ya a tiempos pasados. Hoy el problema de España es el coronavirus. Y es un problema que no podemos diluir en la gran tormenta mundial que ha provocado la pandemia, pues resulta que, con ser de todos los países, cada uno tiene que resolverlo por sus propios medios, según hemos visto con la actitud egoísta, cortoplacista e insolidaria de la Unión Europea y la ceguera de Estados Unidos. Además, y como estamos viendo también en nuestro país, es un problema que tiene que gestionar y solucionar el Gobierno a solas, sin la colaboración y la lealtad de la oposición, entretenida en el después de la epidemia mientras por todo el país están muriendo centenares de nuestros compatriotas cada día.

España, nuestra patria, lector, la tuya y la mía y la del vecino, se debate hoy en la lucha sin cuartel contra el coronavirus. Esa es la realidad. Lo demás es pura entelequia de diletantes. Por eso no comprenderé nunca la actitud de algunos. Pero a cada uno se le dará en su día lo que se merezca. En forma de votos. No, hoy monarquía o república no es el tema, aunque el recuerdo histórico nos llene de nostalgia. Hoy, el tema central es la trágica situación en que nos tiene sumidos la pandemia.

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