República de las Letras

UN SISTEMA FALLIDO: EL LIBERAL

No hay que ser muy listo para deducir que el liberalismo no ha servido en estas trágicas circunstancias

Antes de nada, desear a mis lectores un nuevo año lleno de SALUD y PAZ. Y una reflexión más sobre las enseñanzas que la pandemia nos está dejando: ¿cómo habría evolucionado si la gestión hubiese estado a cargo de la derecha? Si observamos a los países gobernados por la derecha capitalista liberal, Estados Unidos, Brasil, Reino Unido, por ejemplo, el balance no puede ser más negativo. Personajes grotescos como Trump, Bolsonaro y Johnson no han hecho sino empeorar la expansión de la covid-19 y poner a sus países a la cabeza del mundo en cuanto a contagiados, hospitalizados en ucis y muertos.

No hay que ser muy listo ni muy izquierdista para deducir que el liberalismo no ha servido en estas trágicas circunstancias. Tampoco la Unión Europea, entidad supranacional creada para organizar los mercados, es decir, el capitalismo puro y duro, ha podido echar mano de sus principios fundacionales y ha tenido que socializar el capital para que los países puedan hacer frente al desastre económico que ha producido el coronavirus: Europa se reconstruirá después de la pandemia, no al estilo de la posguerra con el Plan Marshall, sino mucho más socialmente, es decir, con más socialdemocracia.

En España, si hubiese gobernado Casado -ese líder sin carisma, ese político tan escasamente preparado en comparación con los de la izquierda, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Yolanda Díaz, por ejemplo, al lado de los cuales Casado no es más que un nindundi-, se habría desviado una enorme cantidad de dinero público -de todos- a la sanidad privada, y la vacuna, ahora, solo podría ser financiada por los ricos y poderosos, mientras los demás seríamos… "daños colaterales". El mercado, como hemos visto, no sirve para gestionar una situación nacional e internacional de esta naturaleza. Los estados, los entes internacionales no han podido dar respuestas, desde una perspectiva liberal, a la pandemia.

Con libre mercado, esto habría sido un sálvese el que pueda -es decir, el que tenga dinero para salvarse-, con la insolidaridad de muchos individuos, países y comunidades que habrían permitido la expansión del coronavirus para no perjudicar a la Economía. Ahora nos dirigimos inexorablemente hacia la tercera ola. Y la solución, como vemos, no ha de venir por el libre mercado. En junio teníamos esto casi totalmente dominado: se imponen, entonces, otras soluciones. La SALUD no depende de campañas comerciales.

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