La tapia del manicomio

La balsa de piedra

Lo mismo que es sospechoso el papel del cabildo catedralicio en la venta o lo que fuera de estas piezas

Las noticias de desapariciones de obras de arte de iglesias y conventos son desgraciadamente habituales en los noticieros. Hace pocos días salió la noticia del robo de unos angelotes de La Roldana, famosa escultora sevillana del XVII, que estuvieron hasta hace doce años en la catedral de Cádiz. A pesar de los años transcurridos, ha sido ahora cuando el restaurador José Miguel Sánchez Peña ha denunciado dicha falta. No se sabe como se ha dado cuenta ahora, pero al menos cuatro angelotes y algunas piezas más han aparecido casi de inmediato en poder de un tallista y un empresario gaditanos, que dicen que no sabían que eran robados y catalogados. Lo curioso es que a pesar de esa "inocencia" no los tenían en lugar visible y disfrutable, sino a buen recaudo. Sospechosillo sí es. Lo mismo que es sospechoso el papel del cabildo catedralicio en la venta o lo que fuera de estas piezas, ya que este tipo de "transacciones" se han dado a millares a lo largo de los tiempos. Lo que pasa es que la policía no puede interrogar a los canónigos que pudieran haber estado implicados, porque ya la diñaron. A ver si en los próximos carnavales, alguna agrupación les dedica unas letras, como aquella de tanguillo (muy cantada luego por Mairena, Chano, Palomar…) que inició la fama de los canónigos de dicha catedral, en la que se contaba que unos anticuarios ponían a la venta una "gran cazuela que tiene más de doscientos años" y que resultó que "la tenía don Diego Zorullo / que era temporero de la Catedral / se lavaba los pies los domingos / y aluego los lunes hacía poleá". Aunque el cargo de "temporero" no existe en el elenco de canónigos, se entiende que el autor popular se debe referir a racionero, el canónigo que hace y distribuye las raciones, dado que poleá es el nombre de las gachas en aquella zona andaluza.

Desde luego, como dicen los propìos gaditas: "en Cái hay que mamar". Quizá por eso se le podría aplicar el argumento de la novela de José Saramago "La balsa de piedra", en la que la Península Ibérica se separaba del continente y echaba a navegar por el océano Atlántico. A la vista de esto, hay quien piensa que se podría practicar otra escisión y hacer una chalupa de piedra desgajada de la balsa de Saramago. La duda es si cortar la provincia de Cádiz entera o solo la capital, que es más fácil porque el istmo de Puerta Tierra es estrecho.

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