Este verano he sacado del baúl de mis vinilos, material antigüico que tenía algo olvidado. Entre todos traigo a este suelto mío a Tina Turner y a Harry Belafonte (si no le conoce encuéntrelo en Youtube). Los dos pertenecían a la comunidad afroamericana y, ambos, han dejado una huella imborrable en la música. A Tina como brillante Reina del Rock y a Harri como Rey del Calipso (ritmo caribeño que él introdujo en las bandas de jazz de los años 50). Por su parte, Turner denunció el maltrato machista. Belafonte, colaborador de Martin Luther King, fue un activista incansable. Las discriminaciones racistas que sufrieron antes de triunfar apenas se citan en sus biografías. Cuento esto porque el racismo tiene también perspectiva de clase. ¿Recuerda lo que ocurrió en el partido Valencia – Real Madrid? ¡¡Que vergüenza canalla!! Que ola de hipocresía se desató a favor del jugador. Existe un racismo más cotidiano, incluso cultural, con víctimas que no importan a nadie. Son pobres, y no pertenecen al mundo de Vinicius. La liga ya comenzó, el futbolista ha estado lesionado… veremos como se comportan los energúmenos contra su color a la vuelta a los estadios.

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