La “dicotomía” es dividir algo en dos partes iguales. Sencillo. La dificultad de su utilización radica en el hecho de que si, por ejemplo, divides RENFE en dos partes iguales, primero has de definir en qué aspectos radica la igualdad. Bien, continuando con el tema. Dividamos RENFE en dos partes iguales en cuanto a su importancia para el buen funcionamiento de la empresa. Podemos dividirla haciendo un bloque con el personal de la empresa que tiene relación con el cliente-usuario de sus servicios, y otro bloque con los dirigentes. Me gusta. ¿Qué nos encontraremos? Pues, por una parte, un gran bloque con el personal que atiende directamente al cliente: quien vende el billete en la ventanilla o por teléfono, quien le ayuda a llegar al tren ayudándole con el equipaje o con una silla de ruedas, el maquinista, y una buena lista de puestos de trabajo, que son los que más valor añadido le dan a la actividad de la empresa. En líneas generales, sin problemas. Y, por otra parte, los llamados vulgarmente, o sea, por el vulgo, “los jefes”. Y ahí vienen las mejoras de los trenes y las situaciones como la vivida por un amigo que para ir de Madrid a Almería en tren, tuvo que ir 6 horas en autobús de Madrid a Albacete y de Albacete a Almería otras tantas horas en tren, que es lo que él quería. Total, que tardó más que de que tardamos mi padre y yo, cuando me llevó al médico, hace 58 años, que es a lo que se iba a Madrid entonces.

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