La figura del padre

Que los padres estén con sus hijos pasa por dedicarles tiempo y que los hijos sientan que pueden contar con sus padres

Ami libre albedrío he decidido que hoy, el día del padre, me posiciono en que no quiero que me impongan cuándo y cómo rendirle este humilde homenaje. Las grandes superficies y los centros comerciales se frotan los dividendos con tanto recordatorio a celebrar. Se celebran días de casi todo, tal vez porque el mercado duda de nuestra débil memoria afectiva. Todos mis amigos que estén en la esfera de Pepe, Jose, José María, Pepa, José y demás apelativos girarán, casi sin excepción, en torno a la loa y canto alegre de un determinado tipo de familia: célula sagrada, piedra angular y sostén cimentado y bien consolidado de modelo social, lo celebran hoy.

Su origen se atribuye a Manuela Vicente Ferrero, una profesora de una escuela de Madrid. Manuela inventó el Día del Padre en 1948, cuando dos padres fueron a hablar con ella para explicarle que, igual las madres, ellos también querían tener un día.

“Usted sabe cómo quieren las madres, pero no sabe cómo quieren los padres a sus hijos. Los padres tenemos corazón”, le explicaron, según contó la propia Manuela en una entrevista con televisión. “Y les dije ‘miren, yo no inventé el Día de la Madre pero estén seguros que voy a inventar el Día del Padre”.

De este modo, la profesora eligió el 19 de marzo como día de celebración para los padres, ya que coincide con el día de San José, el considerado padre de Jesús de Nazaret y esposo de María, según la tradición cristiana. La celebración fue todo un éxito y Manuel escribió el siguiente texto que fue publicado por el periódico La Opinión de Zamora: “Todo fue natural y sencillo: las niñas, nerviosas, esperaban el momento de entregar su obsequio -una labor ejecutada por ellas en la escuela- y felicitación, poniendo en el beso de aquel momento todo el amor de su alma. Los padres esperaban ilusionados y dichosos”. Hoy, 19 de marzo, es el día de todos esos padres silenciosos que en la soledad de sus trabajos esperan, sin esperar, que un beso se deslice en sus mejillas para darles las gracias por todos sus desvelos y no solo pedirle unos euros para echar el finde. Que los padres estén con sus hijos pasa por dedicarles tiempo y que los hijos sientan que pueden contar con sus padres. Ojala que todos recordemos a nuestros padres con agradecimiento, cariño y emoción, y eso, amigo lector está en nuestras manos. Muchos no le den la importancia que tienen hasta que no les falta.

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