La gran estafa

La conclusión de todo esto es que el Gobierno reconoce que durante cinco años ha pasado de la provincialas necesidades de nuestra provincia

Dice el Partido Popular que ahora estamos en el buen camino, que es justo en este momento cuando por primera vez la provincia cuenta con un calendario, una programación y unos compromisos para llevar a cabo las obras del Corredor Mediterráneo, del AVE que un día habrá de unirnos por tren con Murcia y, por extensión, con el resto de España y Europa. Sin embargo, semejante afirmación no resiste ni la más mínima reflexión. Es lo que le pasa a eso que ahora se llama posverdad, que en cuanto se piensa un poco, - tampoco hace falta volverse loco, solo recapacitar unos minutos-, cualquier persona puede intuir que lo que le están contando es una enorme mentira. La posverdad, las afirmaciones que se presentan como verdad pero no se apoyan en nada que realmente haya ocurrido o esté ocurriendo, ralla lo absurdo en el tema que nos ocupa. En primer lugar, porque ya existía una programación y unos proyectos redactados para continuar las obras del AVE cuando Rajoy llegó a La Moncloa. Todo estaba listo para continuar el trabajo que previamente se había realizado y solo faltaba ponerle voluntad política y presupuestos al asunto. En ese estado de las cosas, el PP puso un poco de lo segundo pero no puso nada de su parte en lo primero. Es decir, presupuestó - eso sí, de manera insuficiente-, pero no invirtió ni un solo euro, cometiendo una gran estafa de incalculables consecuencias para la provincia. La conclusión de todo esto es que el Gobierno del Partido Popular reconoce implícitamente, a través de las afirmaciones que hemos escuchado o leído en estos días, que durante cinco años ha pasado olímpicamente de las necesidades de nuestra provincia en materia de ferrocarril, mientras invertía auténticas millonadas para ese mismo fin en otros territorios. Otro elemento que añade una gran dosis de posverdad al relato de los 'populares' almerienses es el empeño - como si no hubiese más remedio que elegir entre eso o nada-, de facturar gran parte de las obras del Corredor con una sola vía cuando toda Almería reclama que sea doble, de manera que pasajeros y mercancías no tengan que competir ni en horarios ni en oportunidades. En definitiva, que cinco años después el Gobierno esté rehaciendo todo lo que estaba ya hecho para diseñar algo peor, no puede sino ser tachado de desvergüenza y falta de generosidad política con una tierra acostumbrada a darlo todo para salir adelante.

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