Amuchos no os gusta el fútbol; no por el deporte en sí, sino por todo lo que encierra a su alrededor: desde el negocio (en negro) hasta la violencia (gratuita e ignominiosa). Una verdadera lástima, porque quienes así lo hacéis, os perdéis el disfrute de uno de los deportes que más elementos sociológicos aporta para el autoconocimiento de los seres humanos, social e individualmente. Yendo al interés que me mueve hoy, me centraré en esa decisión de "no hacer pasillo al campeón" que tomó la directiva del Atleti, "porque es una humillación para su propia afición". Es evidente que cualquier opinión es respetable, pero lo que dice del propio opinador (urge aceptar esta palabra) es muy revelador.

Que esa directiva haya consentido un cartel expuesto en todo un lateral de la entrada a su estadio donde se escribió "Entre la prensa (supuestamente, toda pro merengue) y los de amarillo (refiriéndose a los árbitros), 120 años de pasillo", dice todo de lo bien que se vive en el conflicto social. Existen equipos directivos que parecen afanarse en favorecer el conflicto social. Los grupos de ultras no sólo no se combaten, sino que se favorecen comportamientos inaceptables. De hecho, ocurrió en el mismo "Metropolitano": un padre y un hijo merengues fueros ubicados en la "grada equivocada" y tuvieron que ser realojados para evitar un conflicto con energúmenos del equipo local que no aceptaban tamaña afrenta.

He pedido en repetidas ocasiones que se faciliten masturbódromos (otro palabro que precisa urgente aceptación por la RAE) que, desde servicios municipales, puedan sofocar esos ataques irracionales que suelen provenir, sobre todo, de seres testiculados (otra vez la RAE…). La persona moderna de tan ágil como gratuito y erróneo análisis, convendría en que esto es connatural al fútbol, "deporte machista y embrutecedor", pero no, no es así. Los ejemplares de homo sapiens sapiens que no aceptan su tal condición, agarrándose a su variante "imbecilis", son ya legión que no cabe en el ejército de los idiotas del fútbol.

Este fin de semana hemos podido comprobar en Bilbao cómo hordas de homo sapiens imbecilis, seguidores del Hapoel de Tel-Aviv, participante en la Final a cuatro de la liga "europea" de campeones de baloncesto, han descargado su testiculina contra manifestantes palestinos que se manifestaban por algo que no aceptan estos retrasados evolutivos. No caben todos en el fútbol.

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