La tapia del manicomio

Las llaves, matarile, rile

Si la tardanza en contar los votos pasara en España, nos estaríamos flagelando con lo inútiles que somos y el atraso de este país

En los últimos años sesenta hubo en TVE un programa diario, que fue muy popular, llamado La Casa de los Martínez. A los invitados les entregaban, al finalizar el programa, una llave simbólica que llegó a ser conocida con el original nombre de "la llave de la casa de los Martínez". Esta relevante cita nos ha sido sugerida por la próxima entrega de dos llaves ligeramente más relevantes que la de la tele: la del Pazo de Meirás y la del Gobierno de los Estados Unidos. Ambas llaves tendrán que ser entregadas en fechas muy cercanas entre sí: el diez de enero la del Pazo y diez días después la de la Casa Blanca. (Suponemos que para nuestros lectores será, como para nosotros, más relevante lo del Pazo). Ambas llaves están generando mucha resistencia a soltarlas por parte de sus poseedores actuales. Desde luego, la "nuestra" bate todos los records de longevidad de demandas civiles y gubernamentales, incluidos largos pleitos. Esperemos que la resistencia de Donald Trump a soltar las simbólicas llaves del gobierno de su país no sea tan larga como la de la familia Franco. También esperamos que no sea necesaria la presencia de la Guardia Civil, naranjero en ristre, en las puertas de la antigua finca de Emilia Pardo Bazán, ni la del FBI en la finca de la Avenida de Pennsylvania guasintoniana. Pero si hay que ir se va. La segunda parte de la famosa frase de José Mota -"pero ir pa' ná…- no creemos que se vaya a dar: si hay que ir los desalojarán sin remisión.

Centrándonos en lo de las elecciones norteamericanas, manda huevos lo que tardan en contar los votos. Si eso pasara aquí nos estaríamos flagelando con lo inútiles que somos, la mierda de tecnología que tenemos y el atraso secular de este país. Y cómo nos estarían poniendo en Europa, especialmente los medios de comunicación franceses, con el ancestral cariño que nos profesan. Eso sí, tenemos que reconocer que nuestros odiadores profesionales europeos tendrán razón si nos critican por la lentitud de nuestro sistema judicial, y eso que sólo llevamos treinta o cuarenta años pleiteando con la familia del dictador por la devolución del Pazo. Y no sabemos si, cuando lo devuelvan, todos los bienes muebles serán devueltos junto con el inmueble o algunos se perderán en el limbo de la noche de los tiempos. Eso sí, por mucho que se pierda en Meirás, será mucho más leve que lo que se perdería si Trump se atrincherara en el despacho oval.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios