Es muy frecuente que cuando uno recuerde a Antonio Machado, se acuerde también de Manuel. Su hermano, y juntos, ser el paradigma de lo que pasó en esta España vertebrada, por unos y por otros. Manuel Machado era once meses mayor que Antonio. Fueron mucho más que hermanos, eran amigos, escribieron juntos, viajaron juntos, acudían a las mismas tertulias literarias y se entendían perfectamente a pesar de ser muy distintos. Manuel era abierto, ocurrente y magnífico versificador; un señorito al que le encantaba la juerga parisina, alternar con la bohemia, amoríos, la vida nocturna, golfear con Oscar Wilde, codearse con Rubén Darío y agotar la noche hasta el amanecer. Le costó dejar el París elitista, universal y versallesco por una España del botijo, toros y alpargata.

Antonio era todo lo opuesto: tímido, taciturno, pensador, filósofo, comprometido, profundo, soñador, de "torpe aliño indumentario". Se habían criado sin separarse, habían compartido obras literarias y se querían como dos mitades de uno mismo. Los dos eran laicistas, europeístas y republicanos convencidos.

El profesor Baltanás afirmaba que su teatro ha sido "desdeñado y relegado" más por razones políticas que estéticas. Antonio miraba con hostilidad y recelo a la iglesia de Roma, "podía ser cristiano sin iglesia". Su teatro fundamentalmente es el del amor y el deseo. Auténticas lecciones de amor. Se consideró, erróneamente que eran opuestos y hasta enemigos porque durante la incivil guerra habían militado en bandos distintos, olvidando lo que tuvo que ver el azar. Como todos los años, Manuel y su esposa, Eulalia, habían ido a Burgos y el 18 de julio, cuando quisieron regresar, les fue imposible. A Antonio que estaba en Madrid le tocó estar en el bando republicano.

El miedo nos hace tomar derroteros impensados. En este caso los dos hermanos pasan a ser cada uno el poeta símbolo de cada España, de las dos Españas. Antonio murió exiliado en Francia, angustiado por el destierro y está enterrado en el pueblo Collioure. Manuel se hizo falangista y recibió los más altos honores, si bien no lograron su adhesión intima, se mantuvo alejado del régimen, su alma era liberal y republicana.

Qué pena tan grande que los dos hermanos Machado sigan descansando en distinta tierra. Antonio dejó muy claro:"Solo en la tierra en que se muere es nuestra". Todo un símbolo.