Este artículo está dedicado a los cazadores-recolectores del Mesolítico, y como tal se desmiente hasta ahora todas las investigaciones realizadas a partir del Paleolítico Superior, en las que se había mostrado a un individuo de ojos azules y piel clara, o al menos no era tan oscuro como un africano; pero eso sí, era más oscuro que cualquier europeo actual. Los datos que hacen referencia a este hecho nos los ha revelado el análisis de genoma humano más antiguo de la Prehistoria, hallado en los restos de grupos humanos que pertenecieron al yacimiento de la Braña-Arintero en la provincia de León y que fue descubierto de forma casual en 2006, donde las caracterizas de una cueva de 1500 metros por debajo del nivel del mar en una zona fría y a temperatura constante, propicio la excelente conservación del A.D.N... Este individuo, bautizado como la Braña 1, ya no existe en Europa, nos costaría imaginarlo con esas características en la sociedad actual (ojos azules y piel clara); sin embargo, si hay en la actualidad individuos parecidos a este sorprendente cazador-recolector de más de site mil años de antigüedad, pero se trataría de personas, cuyos progenitores son africanos y europeos. Luego se abre de esta manera un nuevo escenario que ha conmovido a toda la comunidad científica, sobre todo al desmontar toda la tesis que se tenía sobre los cazadores-recolectores europeos de piel clara. Hasta ahora se había asumido que la pigmentación clara de la piel había sido un rasgo fuertemente seleccionado al salir los humanos de África y llegar a Europa, donde las circunstancias climatológicas de latitudes más elevadas con menos radiación solar habían dado por hecho que estos individuos negros habían perdido el color primitivo de su piel; pero la mayor sorpresa fue descubrir que este individuo tenía en sus genes las versiones africanas que conforman la pigmentación de los europeos actuales, y dicho esto, podríamos suponer que quizás no estén asociadas a la latitud en la que vivían, sino al cambio de dieta. Entre otras cosas porque el consumo de frutos secos en estas latitudes llegaría más tarde. Luego existe según este trabajo una continuidad genética en las poblaciones del centro y oeste de Europa; luego, después de leer estas líneas, surge la pregunta ¿podríamos intuir la procedencia del color azul de ojos de los distintos pueblos del norte de Europa, a los que los conocemos como los Vikingos?, ¿y el color de ojos azulado de algunos negros? Probablemente para conocer cómo eran aquellos emigrantes del norte y centro de Europa, habría que buscar nuevos genomas Mesolíticos bien conservados, gracias a temperaturas muy frías.

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