Aveces nos preguntamos cómo ocurren cosas que son de sentido común. En el mundo de la política ocurre cada día con leyes incomprensibles y en la vida de nuestra tierra, Almería, también. Les explico. Buceando por redes sociales me encontré con una problemática social que da una imagen fea de nuestra ciudad que se resume por la dejadez de las administraciones. Les hablo de las 'NO' cafeterías de la Estación Intermodal o del Hospital Torrecárdenas. Dos lugares públicos donde mucha gente transita a lo largo del día y no hay nada para pedir un triste bocadillo. Son las cosas irracionales de nuestra ciudad, la vaguería de no arreglar las cosas y no poner una solución adecuada. Eso sí, para inaugurar rotondas inservibles somos pioneros. Imagínense una persona que llega de Madrid a las 22:00 horas, después de un viaje que parece intercontinental por las comunicaciones que hay, y no pueda picar nada e incluso encontrar una triste máquina de patatas fritas. Pero para que la cosa sea más rocambolesca tampoco le ofrecerá nadie una tapa por el centro de la capital porque se encontrará con el mismísimo desierto de Tabernas. Esto es lo que recibirán los que vienen a visitar nuestra zona. Luego están los pacientes o los familiares que están pasando por un mal momento y no pueden ni tomarse una tila para despejarse la cabeza. ¿Ustedes lo ven normal? Vendemos como nadie las flores de Pascua, pero no sabemos vender una ciudad con buenos servicios para el ciudadano. Estas son las 'cosicas' que tenemos. Por ejemplo, una Calle de las Tiendas que por tener solo tiene el nombre. A veces encontrar un simple vaquero se convierte en misión imposible. Es una pena que lugares o calles tan emblemáticas de la ciudad sean fantasma. Como decía, sabemos inaugurar muy bien edificios o monumentos, pero luego nuestro ayuntamiento tiene un claro suspenso en su mantenimiento. El último destrozo por abandono ha sido el de La Faluca Almeraya, la réplica de las embarcaciones hispano-musulmanas que se puso en el Auditorio Maestro Padilla para dar colorido en los Juegos del Mediterráneo de 2005. Espero que la foto de su restauración esté publicada en nada en las redes de la alcaldesa. Les propongo un reto. Vayan contando cuántas luces de Navidad hay encendidas ahora a principios de este mes y cuántas quedarán (porque se fundirán y nadie las arreglará) en la Cabalgata de los Reyes Magos.

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