Ni solidaridad, ni unidad

Yo sigo dándole vueltas a la cabeza pensando en qué tendrán en la cabeza cuando hablan de “España”

Empezaron suprimiendo hace muchos años el impuesto sobre el patrimonio. También el de sucesiones aun cuando se heredaran más de un millón de euros. Por lo que se ve lo consideraban una especie de expolio o de abuso. No obstante, su intención, por lo que sabemos, era una muy distinta. Se pretendía, y en buena hora conseguían, atraer a grandes propietarios para que el resto de la tributación lo hicieran en esa comunidad. En concreto, hablo de la Comunidad de Madrid. Le siguió en ese proceder nuestra comunidad, Andalucía. En este caso, no había ningún tipo de justificación extraña. Lo dijeron descaradamente: es el mejor procedimiento para atraer a grandes fortunas. Estaban seguros de que esta especie de “dumping” podría conseguir que vinieran más ricos y así se podrían obtener recursos adicionales gracias a esa nueva población de gente pudiente. Desconozco ahora mismo los resultados. Ahora bien, cuando el ejecutivo, considerando que no era ese un procedimiento ni justo ni adecuado, y por utilizar una palabra que han puesto de moda, era “inmoral”, elaboró una disposición que gravaba las grandes fortunas, entonces pasaron a la ofensiva: recuperar el impuesto sobre el patrimonio y las sucesiones de tal manera que esa comunidad recaude ese dinero que tendría que recaudar Hacienda. Recaudar ellos de tal manera que en lugar de distribuir esa cantidad entre TODOS los españoles se la quedaran solo para ellos, madrileños y andaluces. ¿Es esta actitud propia de los que defienden, banderita en mano, “la unidad de los hombres y de las tierras de España”? Y qué pensar de la “disponibilidad “ que han mostrado tantas autonomías a la hora de acoger a los inmigrantes llegados a las islas Canarias cuyas autoridades carecían de recursos para atenderlos adecuadamente? Todo eran problemas y dificultades, acusaciones de deslealtad, en lugar de ofrecer, generosamente, toda la ayuda disponible. Y qué decir de los problemas que hay entre distintas autonomías con la distribución del agua. Nada de compartir. Son cosas que se me van ocurriendo cuando veo esas multitudes vociferando y reclamando la unidad de España, o la igualdad con que se les llena la boca. Yo sigo dándole vueltas a la cabeza pensando en qué tendrán ellos en la cabeza cuando hablan de “España”. ¿Se trata de alguna entidad fantasmagórica, copiada del mapa físico, a la que ven cayéndose a trozos por los ataques de los separatistas?

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