Corría el año 1885, cuando nuestra provincia se vio afectada por una terrible epidemia de cólera que mermo en numerosos aspectos a Almeria y más concretamente a la cuenca del Almanzora, donde pueblos como: Arboleas, Albox, Olula del Rio, Zurgena, Cuevas y otros de la zona norte provincial se vieron muy afectados. Según algunos datos de José Antonio García Ramos, en la población de Albox se infectaron doscientas treinta y siete personas de las que mueren ciento dos; como suele pasar en estos casos la población con más medios económicos y mejores medidas higiénicas fue la mejor parada, pudiendo emigrar hacia zonas más seguras; muy al contrario, de la que contaba con menos medios económicos y condiciones más insalubres, donde abundaba más el hacinamiento y la mala alimentación; sin embargo en Albox, el personal sanitario, tal como sucede en nuestra pandemia, dio un gran ejemplo de ejercicio y ayuda profesional, destacando ese año el medico D. Francisco López Marín y D. Tomas García Martínez, combatiendo heroicamente la plaga, aun cuando en ello les iba la vida. Pero esta no sería la única desgracia que caería sobre Albox, en 1891 la población sufrió el azote de una terrible riada que arraso bancales y cultivos; y por si fuese poco, al año siguiente se presenta en Almeria una epidemia de gripe en toda la provincia, llamada el "Trancazo", que a pesar de ser benigna, causa en Albox una alta mortalidad, produciendo un desastre económico demográfico, que según los libros de defunción mueren en la villa cuatrocientas y pico personas, lo cual supone un índice de mortalidad aterrador, con un pronóstico de una o dos personas diarias en el mes de septiembre, aumentando progresivamente durante octubre, donde se llega a la friolera de ciento y pico personas fallecidas. En fin, hago una reflexión sobre una época (mil novecientos dieciocho), donde padecían la enfermedad los más jóvenes, quedando inmunizados, sin saber el porqué, los de avanzada edad; en este aspecto destaco con respeto a la pandemia que nos invade, que está sucediendo lo contrario, donde los más jóvenes han cambiado los pronósticos; sin embargo la responsabilidad es de todos, sobre todo de aquellos que salían a aplaudir a nuestros sanitarios a los balcones y que después no han correspondido con sus actos. Y tengo que decir, que en aquellos años, tal como ahora, en Albox, los médicos: Ezequiel Sánchez, Vicente Díaz, D. Juan de Arride y Pantaleón Moreno, dieron un magnífico ejemplo del juramento de Hipócrates.

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