Las ventajas del ayuno

Es muy bueno para la salud y puedes llegar a finde mes, no sé cómo Moncloa no lo promociona

Ya saben que hay expertos por ahí que no dejan de alabar el denominado 'ayuno intermitente`, y existen un montón de modalidades: la 16/8, que consiste en no comer nada durante dieciséis horas para hacerlo en las ocho restantes (sin pasarse, claro); la de doce o catorce horas al día, es decir, cenas a las siete de la tarde y no desayunas hasta las nueve de la mañana siguiente (sin acercarte al frigo a las cuatro de la madrugada); la de días alternos, comes un día sí y al otro no o muy poquito, y muchas más. (También hay médicos que son contrarios a estas, digamos moderneces, pero no voy a echar piedras contra mi propio artículo). Esos expertos dicen que el ayuno mejora el sueño, los marcadores metabólicos y ayuda a vivir más años, entre otras muchas ventajas. Así que me extraña que Moncloa no lo promocione para mejorar la salud y, sobre todo, para poder llegar a fin de mes: "Coman un día sí y otro no, estarán más sanos y reduciremos la inflación. Ministerio de Consumo. Gobierno de España". Claro que hay algunos que seguramente cenarán muy pronto, pero luego se levantarán con la ilusión de zamparse con el café con leche cuatro o cinco tostadas con aceite de oliva virgen extra y doscientos gramos de jamón 5 Jotas (¡así cualquiera ayuna las horas que sean!), mientras que otros tendrán que recurrir al choped, a la mortadela o a la tocineta. Y estar medio día sin comer para luego ponerte ciego de grasas poco recomendables, no sé yo. ¿Por qué digo 5 Jotas? Pues porque no todos los ibéricos son igual de cardiosaludables, y un investigador del hospital de Huelva ha dirigido un estudio sobre las maravillas del jamón de esa marca. ¡De Huelva! Es como si un científico de la UAL hablara de las ventajas nutricionales de las migas de Almería, siempre que se coman en días de lluvia, para que el sol no estropee la vitamina C de los pimientos ni los omega 3 de las sardinas o los boquerones.

No hay choped ni siquiera de Jota y Media, ni mortadela que tenga las mismas propiedades que ese jamón. ¿Y por qué no? Ya tardan algunos expertos en afirmar que, al contrario de lo que siempre se creyó, un bocata de panceta reduce el colesterol malo y sube el bueno: es cuestión de creérselo, aparte de que comer con alegría y sin remordimientos espanta a los triglicéridos.

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