Abierto de Noche
Francisco Sánchez Collantes
Palabras para Julia
Jacobo Grinberg es de esos personajes que bien merece una serie en Netflix. En la columna de hoy les propongo dar un sucinto paseo por la llamada “teoría sintérgica”. El Dr. Grinberg-Zylberbaum nació en Ciudad de México en 1946. Desde muy pequeño se interesó por el cerebro humano y sus capacidades. Así, decidió estudiar psicología primero para, más tarde, especializarse en psicofisiología. En diversos laboratorios fundados por él mismo desarrolló un extenso trabajo tratando de dar respaldo científico a la meditación, la telepatía, la brujería o el chamanismo. Recuerde el lector que esto fue cosa del bueno de Jacobo, un servidor no mete todo lo anterior en el mismo saco. El caso es que el Dr. Grinberg trató de dar un enfoque diferente e integral a la relación entre ciencia y conciencia. Con todos estos mimbres terminó construyendo algo bastante curioso: la teoría sintérgica.
El científico consideraba que la información, en general, se extiende a través de una red invisible que nos enlaza a todos. La teoría sugiere que nuestra mente va más allá de nuestro cerebro y está conectada, como si de una antena se tratase, a ese vasto campo de información. Lo que sentimos, vemos o percibimos no sería entonces solo el resultado de un estímulo que viene de fuera y activa alguno de nuestros sentidos sino que existiría también una suerte de conciencia colectiva. El cerebro sería un sintonizador que organiza la información recibida para construir una representación coherente de la realidad. Y siempre estando todos los seres humanos conectados unos con otros como nodos. Jacobo Grinberg no tenía ese símil pero no es aventurado comparar su teoría al internet de hoy día y a la infinidad de dispositivos enlazados a esa red formando, a su vez, parte de la misma.
Sin entrar en cuestiones más esotéricas, eso se lo dejo al que esté interesado, esta teoría podría explicar esos fenómenos que podemos sentir alguna vez: “Estaba pensando en ti y justo me llamas” o “parece como si te conociera de toda la vida”. Pues estas conexiones se explicarían por un fenómeno de resonancia en el campo de información.
Como curiosidad les diré que el Dr. Grinberg desapareció el 8/12/94. Y aunque acostumbraba a organizar viajes repentinos a todos les escamó que no acudiera a su fiesta de 48 cumpleaños. Su misterioso final nos deja más preguntas que respuestas y todas bordeando la frontera de la percepción humana.
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