Hace unos días el pronóstico del tiempo no era bueno. Quizás este Martes Santo estuviera pasado por agua y los niños y jóvenes de la Hermandad de la Virgen de los Personas y Jesús de la Esperanza se quedaran sin poder salir a procesionar. La mañana despertó fría y llegó incluso a chispear, pero pronto se abrió el cielo. Apareció el viento, bajaron las temperaturas, pero se fueron las nubes.

Minutos antes de las siete de la tarde la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación estaba repleta de niños, adolescentes y jóvenes, ataviados con túnicas, camisas blancas y costales. En esta hermandad infantil y juvenil desfilas niños desde bien pequeños, hasta los 21 años.

A las siete y algunos minutos, aún con el sol iluminando la fachada de la iglesia-fortaleza veratense, salía a la calle el primero de los pasos: la Virgen de la Soledad. Una pequeña talla donada a finales de los 90 por una familia veratense. Bajo sus cuatro andas, estrenadas el año pasado, niños y niñas de entre 8 y 12 años, vestidos con pantalón negro, camisa y guantes blancos y medalla al cuello. Se esperaba que este año el paso recuperase su tradicional cruz, que ibas hasta 2022 tras la Virgen, pero finalmente no ha fue así.

La Virgen de la Soledad portada por los niños más pequeños.

La Virgen de la Soledad recorrió las calles despacio, siguiendo los pasos de la cruz de guía que portaba, como todos los años, Gabriel Martínez Carretero.

En segundo lugar, los adolescentes de 13 a 18 años salieron con Jesús de la Esperanza a hombros. Bajo sus varales se esforzaban 60 jóvenes cofrades, chicos y chicas, que despertaban los aplausos del público con cada levantá, llevando al cielo la imagen de este crucificado, como la realizada frente a la Terraza Carmona, plaza donde gusta a los veratenses reunirse para ver pasar la procesión.

Este año, como novedad, una sola banda acompañó a los dos pasos pequeños, la Banda de Cornetas y Tambores Juventud Musical de Hellín (Albacete).

Levantá de Jesús de la Esperanza.

Por último salía la Virgen de los Perdones, precedida de un grupo de niños con túnicas realizadas en sarga verde, y de las autoridades y el pregonero de la Semana Santa de este año, Félix López (que además es padrino de esta hermandad).

La Virgen estrenaba una toca de sobremanto tejida por uno de sus antiguos hermanos, Fernando Segura Roses, actualmente hermano mayor de la Hermandad de San Juan. Además, el paso también tenía de estreno un nuevo llamador.

Es este un año muy especial para esta hermandad y, sobre todo, para la Virgen de los Perdones. En 2024 se cumple el 25 aniversario de la bendición de la imagen, por lo que está previsto que se realice una salida extraordinaria cuando el Obispado lo autorice.

Los pies de la Virgen de los Perdones son 20 costaleros de entre 18 y 21 años (con prácticamente dos cuadrillas completas), fieles devotos que se entregan a fondo cada año para enaltecer la Semana Santa veratense.

Diego Molina es el hermano mayor de la Hermandad de la Virgen de los Perdones.

Dando las indicaciones a sus hermanos, siempre cerca de los respiraderos dando ánimos, se estrenaba como capataz y hermano mayor de Los Perdones el joven Diego Molina.

Como siempre, el acompañamiento musical lo puso la Banda Municipal de Vera.

Ya bien caída la noche, llegaban de nuevo a la Plaza Mayor, dejando tras de sí un desfile procesional bello, emocionante y que es muy querido por los veratenses. Y aunque se ha recortado su recorrido desde 2023, sigue siendo una procesión de las grandes, aunque muchos de sus protagonistas sean pequeños.