Dos semanas. Ese es plazo medio que los pacientes de Covid-19 suelen tardar en eliminar todo rastro de SARS-CoV-2 de su cuerpo. Sin embargo, no siempre ocurriría lo mismo. Un nuevo estudio, dirigido por Ayush Batra, neurólogo de la Facultad de Medicina Feinberg en Illinois (Estados Unidos) evidencia que algunos pacientes mantienen restos virales durante semanas o meses después de que se terminar con los síntomas que le habían anunciado la enfermedad. El covid permanecería hasta siete meses en el aparato digestivo.

Se estima que en España medio millón de personas están afectadas de covid de larga duración y, a pesar de que el virus eliminado después de los diez primeros días, momento en el que el sistema inmunitario se desprende del patógeno, no suele ser infeccioso, los estudios realizados con el sistema Northwestern Medicine Healthcare advierten de que incluso los pacientes sin síntomas evidentes de COVID-19 albergaban el SARS-CoV-2 durante un par de meses y más.

Incluso los pacientes sin síntomas evidentes de covid pueden llegar a tener SARS-CoV-2 durante más de dos meses en su organismo

Si bien es cierto de que hablamos de un porcentaje mínimo de afectados dentro de la muestra realizada sobre unos tres mil pacientes, la realidad demuestra que el virus puede no eliminarse durante un año en ciertos pacientes inmunocomprometidos y que hasta el 4 por ciento seguía eliminando el ARN viral proveniente del aparato digestivo siete meses después del diagnóstico. 

¿Dónde se esconde el SARS-CoV-2?

Intestino

El amplia estudio llevado a cabo deja detalles muy interesantes respecto al origen y los lugares en los que logra camuflarse el virus. Lo han identificado en los intestinos, en el interior del pulmón, en el apéndice y en los tejidos mamarios. Y para los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU el SARS-CoV-2, en niveles bajos, puede llegar a ser indetectable en la sangre durante meses también.

El virus puede no eliminarse durante un año en ciertos pacientes inmunocomprometidos

Con todo ello se pone de manifiesto lo complicado que resulta demostrar o refutar la asociación entre el SARS-CoV-2 persistente y la COVID prolongada. O lo que está ocurriendo en la actualidad, que no sabemos si decir adiós covid 19, hola covid 22 ante el nuevo repunte de contagios.

Lo que está claro es que, mientras que la ciencia avanza y los investigadores sigue sacando conclusiones sobre el comportamiento del virus, las vacunas siguen siendo el arma más efectiva para evitar enfermedades graves derivadas del covid.