UD Almería I FC Fuenlabrada I La crónica

Corpas, capitán y trigoleador (3-0)

  • El Almería consigue reaccionar gracias a la intensidad que le mete el jiennense y el temple y la calidad que demuestra Morlanes en la sala de máquinas

  • Minuto a minuto

Piña rojiblanca para celebrar el 1-0.

Piña rojiblanca para celebrar el 1-0. / Javier Alonso

Horas después de que Zidane demostrara en el clásico que con motivación y trabajo táctico un equipo puede cambiar de la noche a la mañana, un muy necesitado Almería recibía a un muy férreo, muy trabajado y muy compacto Fuenlabrada. Casi nada, mal rival para mostrar una mejoría, cuando a los rojiblancos se les nota verdes en mucho conceptos del juego.

Gomes, posiblemente en su última oportunidad, cambió el centro del campo por completo, para buscar una tranquilidad que le estaba faltando a su equipo. Samú y Morlanes, pareja que ya había actuado en Las Palmas, con un mal resultado, se colocaban en la sala de máquinas, con Villalba como enganche. Carvalho y Sadiq, pareja que se entendió bien ante el Cartagena, era una de las pocas esperanzas a las que se agarraba el técnico luso para tratar de batir a un conjunto que llegaba invicto.

El partido comenzó con mucho ritmo, con llegadas constantes de ambos equipos, algo más peligrosas las rojiblancas. Corpas tuvo en primero en un pase a la espalda de la defensa de Villalba, pero el jiennense sólo pudo darle con la puntera de la bota y no consiguió darle dirección al remate. Se le notaba una chispa diferente al equipo, más metido en el partido que días anteriores.

Especialmente fuerte había comenzado Corpas, que lucía el brazalete de capitán. El jiennense estaba siendo incisivo, hacía daño por banda. Necesitaba el Almería recuperar su mejor versión, sobre todo ante rivales tan tácticos, que ponen un muro en cada línea. A los 25 minutos, Maras remató solo una falta lateral aunque no fue capaz de encontrar portería. Estaba pisando mucho el conjunto de Gomes el área de Freixanet, faltaba apuntar mejor. El equipo tenía bien controlado al Fuenlabrada, no le estaba dando facilidades para contraatacar con claridad.

Movía el balón el Almería como quería Gomes, de banda a banda buscando algún hueco en la poblada defensa azulona. No se intuía la precipitación de jornadas anteriores, el equipo iba más fuerte a los balones divididos y también ayudaba el hecho de no haber encajado a las primeras de cambio. Sin embargo, faltaban un par de buenos remates de Sadiq, algún centro lateral que se encontrara con los centímetros del ariete terminar más y mejor las jugadas.

Corpas encuentra el premio

A falta de Sadiq, fue Corpas el que ejerció como goleador. Merecía el extremo un gol a su buena primera parte, sobre todo en un inicio de temporada en el que no ha estado fino. El jiennense pilló a la defensa madrileña adelantada, se encontró con un pase preciso de Morlanes y definió a la perfección con su pierna derecha. Gol psicológico y merecido, el Almería parecía haberse quitado una losa de encima y tenía por delante toda una segunda parte en la que no podía bajar la intensidad.

El Fuenlabrada dio un paso al frente tras el descanso, no era malo para los rojiblancos si conseguían mantener el orden y tenían nuevamente la calidad para encontrar un pasillo por el que llegar al área madrileña. El partido estaba para hombres como Villalba o Carvalho, que fueran capaces de filtrar buenos pases.

No fue una contra, fue tras una buena jugada colectiva cuando iba a llegar el 2-0. Los rojiblancos estaban controlando bien las acometidas azulonas, que tan sólo inquietaron en un balón a la carrera de Sekou a la que tuvo que salir Makaridze. A los 65 encontraron el espacio para llevar el balón a la subida de Akieme, que puso el centro al segundo palo donde Corpas se aprovechó del error en el despeje de Glauder para controlar y batir al meta. Alegría en los jugadores y sensación de que el Almería estaba recuperando toda la confianza perdida por méritos propios.

Corpas, en el momento de chutar con el exterior para hacer el 1-0. Corpas, en el momento de chutar con el exterior para hacer el 1-0.

Corpas, en el momento de chutar con el exterior para hacer el 1-0. / Javier Alonso

Todavía quedaban 20 minutos por delante, no valía dormirse en los laureles pese a que el partido estaba donde querían los rojiblancos. Era la noche del Almería y particularmente la de José Corpas. El jiennense iba a lograr su particular triplete desde el punto de penalti, en una jugada que había comenzado con un entradón y roja para Ciss. No había mejor forma de acabar con la mala racha de juegos y resultados que con un partido serio, completo y con un marcador amplio.

La victoria, mejor dicho el partido, debe servir para afianzar la idea de que en esta categoría se gana con intensidad en cada jugada dividida y calidad con el balón en los pies. El protagonista absoluto de la noche fue Corpas, que además de acierto aportó intensidad desde el minuto 1 al 82 en el que fue sustituido, pero también hay que destacar el nombre de Morlanes. El del Villarreal se hizo el dueño del centro del campo y fue quien desarrolló la idea que quería Gomes: cabeza, tranquilidad y confianza. 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios