Tribunales

Sin fecha para juzgar a los jóvenes que amenazaron con volver a violar a una víctima

Esther Sabio, madre de la joven violada por su exnovio y dos amigos de éste.

Esther Sabio, madre de la joven violada por su exnovio y dos amigos de éste. / D.A. (Almería)

Mayo de 2019. En plena celebración del festival ‘Solazo’ de Almería dos jóvenes se aproximaron presuntamente a una chica y uno de ellos le manifestó: “Te vamos a volver a violar”. La muchacha que supuestamente recibió esta amenaza es la misma que fue agredida sexualmente por el que entonces era su novio -también menor en ese momento-, y otros dos amigos de éste. Tras una espera demasiado larga para esta familia, finalmente el exnovio de su hija ingresó a finales de noviembre en un centro de menores para cumplir su pena de siete años de internamiento por la violación.

Y sin embargo, el periplo judicial relacionado con este caso está lejos de acabar. El condenado se enfrenta a otro procedimiento en el que la Fiscalía de Almería ha interesado 24 meses de prisión para él y para el otro joven que lo acompañaba cuando se produjeron las presuntas amenazas. “Seguimos sin tener fecha de juicio. A día de hoy ni siquiera tenemos una aproximación todavía”, señala el abogado de la víctima, Miguel Martínez.

El letrado no sólo está moviendo Roma con Santiago para intentar que se juzgue cuanto antes este presunto caso de amenazas, sino que recientemente ha tenido que solicitar que se ejecute la sentencia del procedimiento anterior dado que se había producido el impago de dos mensualidades de la indemnización que debe percibir la víctima. “Redacté un escrito solicitando la ejecución y a los tres días se había hecho el ingreso. Cuando fui a preguntar al juzgado, resulta que el problema venía por parte de unos funcionarios, porque el dinero ya estaba. El problema ha sido, en concreto, de una funcionaria, no del juzgado o el juez. Y no es la primera vez que tenemos un problema con esta misma funcionaria”, añade el letrado.

“Casualmente es la misma funcionaria con la que tuvimos un encontronazo cuando fuimos a personarnos en el procedimiento y que sólo nos ponía pegas. Primero decía que tenía que ser con la menor. Fuimos con la menor y decía que tenía que estar con la madre. Luego que con un procurador, y más tarde que no nos merecía la pena personarnos porque el juez iba a tardar y a lo mejor no nos daba las diligencias”, incide.

El abogado Martínez muestra su extrañeza: “Es verdad que hay juicios que se están señalando en 2025, pero al menos ya tienen una fecha, lo que no es normal es que todavía no la tengamos”. “Seguimos además con un problema. Hasta ahora sólo ha habido una persona condenada por todo esto, aunque hay otro que está bien identificado y que está libre. La víctima sigue encontrándose en la calle con esta persona. Esa investigación -la de la violación- se cerró. No pude estar como abogado en ese momento, pero pienso que no hubo realmente investigación, porque si hubiese habido un mínimo, tanto por parte de la Policías como durante la fase de instrucción, se hubiese juzgado a dos personas, porque mi cliente identificaba un tatuaje”, abunda.

Miguel Martínez, abogado de la víctima. Miguel Martínez, abogado de la víctima.

Miguel Martínez, abogado de la víctima. / D.A. (Almería)

El abogado aspira a que en el juicio de amenazas se reconozca “todo lo que quedó en falso” en su día. “El problema que tenemos con este nuevo juicio es que legalmente sólo podemos pedir dos años de prisión, y lo más seguro es que se suspenda la pena”, lamenta. “Además, a consecuencia de la tardanza en el señalamiento de este juicio, mi patrocinada está teniendo problemas y consecuencias laborales que están afectándole, ya que ella trabaja en el sector de la seguridad privada y ha tenido que rechazar varias ofertas de trabajo por la orden de alejamiento que tiene el condenado”, recalca.

Esther Sabio es la madre de esta víctima y destaca que “hay una tercera persona que participó en la violación y no está identificada”. “Alguien no ha hecho bien su trabajo”, mantiene mientras censura que “a día de hoy, una persona de 26 años -el único condenado- siga ingresado en un centro de menores, cuando realmente tiene que estar en prisión por la dureza de la condena” . “En cuatro años podrá comenzar a pedir permisos, pero es una persona problemática y va a seguir buscando a mi hija. ¿Qué tenemos que hacer?”, pregunta.

“El proceso de mi hija no ha sido justo en ningún momento. Han influido muchísimos factores. No hemos tenido suerte con el anterior abogado y hay muchas cosas oscuras. A buen entendedor… Lo único que pido es justicia. Voy a mover cielo y tierra para que este año se celebre el juicio para de una vez poder descansar y avanzar”, asegura Esther. Por último, esta madre coraje revela que ha tenido conocimiento de que el único condenado ha pedido un permiso para salir a hacer un examen. “Me parece indignante, una vergüenza. Como madre, no creo en la justicia. Me está demostrando que no vale para nada. Tiene que estar los siete años encerrado, que es lo único que se merece”, concluye.

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