Deporte en tiempos de coronavirus

Gimnasios urbanos en los parques de Almería

  • Los parques con poco o ningún tránsito de la ciudad se convierten en improvisados centros de entrenamiento

  • Menos aparatos, más motivación al entrenar de forma saludable y responsable

  • Veintiséis municipios reabren sus negocios

Los parques de Almería se han convertido en una enorme sala de musculación. Los bancos, además de para sentarse, sirven para ejercitar los cuádriceps, los chambaos dan sombra y son el sostén perfecto para colgar un TRX en el que hacer ejercicios isométricos, el césped es la mejor lona para hacer unos abdominales... En definitiva, los deportistas se han reinventado para salir con agujetas y sudando la gota gorda, donde antes se reunían para comer pipas.

El de momento desaprovechado parque del Ikea, que goza de unas vistas preciosas a las Cuevas de Conán; los maravillosos jardines de la Vega de Acá; la cálida arena de la playa... Muchos son los sitios donde el tránsito de la gente en esta época del año es apenas inexistente y se están aprovechando en forma de gimnasio. En coches o furgonetas, los monitores de los centros deportivos llegan el material imprescindible, entre el que no puede faltar un buen aparato de música para motivar al grupo, y trasladan lo que era su día a día durante tantos años bajo techo al nuevo día a día en el que se respira aire puro y donde no hace falta luz artificial. Eso sí, dada la velocidad del viento cuando le da por soplar en modo almeriense, mejor dejar en el almacén los fitball (pelotas grandes muy usadas en pilates o yoga). Los días en los que el levante o el poniente ponen de mala follá a cualquiera, mejor tirar de mancuernas, pesas rusas o discos, para no salir corriendo detrás.

El viento molesta. Como el sol cuando el entrenamiento matutino se prolonga más de las diez. El clima de Almería es benigno para el turismo, pero ciertamente sacrificado para el deportista que no le queda otro que someterse a sus rayos. Sin embargo, el aire libre motiva y es el mejor antídoto para que el coronavirus no se dé un festín en el ambiente cargado que se respiran entre las cuatro paredes de la mayoría de gimnasios. Las sentadillas o los lunch (zancadas) parece que se llevan mejor en la Rambla, mientras los curiosos pasean y miran con el rabillo del ojo el entrenamiento.

Es una forma también de publicitar el negocio. Muchos ciudadanos a los que les daba cierto apuro el acudir a los gimnasios por las leyendas negras de las máquinas y las repeticiones de ejercicios con pesas, ven cómo el entrenamiento funcional se adecua a todas las edades y complexiones físicas. No hay mejor anuncio que los propios deportistas exhibiendo tipo en plena calle.

Trabajo de TRX y presa rusa en los bancos del parque del Ikea. Trabajo de TRX y presa rusa en los bancos del parque del Ikea.

Trabajo de TRX y presa rusa en los bancos del parque del Ikea. / Rafael González

Después de catorce días entrenando bajo un cielo celeste, escasamente poblado de nubes y, por supuesto, sin lluvia que moleste, cualquiera se tumba ahora en una colchoneta y ve sobre su cabeza una triste bombilla. Con la reapertura de los negocios, los centros de entrenamiento pueden volver a abrir sus puertas, siempre cumpliendo horarios y el protocolo de seguridad. Sin embargo, los monitores saben que sus gimnasios de campaña de la Rambla, la Vega o muchos parques de cualquier barrio, han llegado para quedarse. Hasta que la vacuna haga burpees (flexión y salto) con el coronavirus o ya hasta la próxima pandemia. Almería es la ciudad del deporte y los deportistas almerienses, de manera responsable, así lo corroboran.

Pese a la reapertura de los negocios, muchos deportistas prefieren el parque al gimnasio

Estiramientos, recogida de material, limpieza y el parque que queda como una patena. ¿Las duchas? Los más valientes optan por un chapuzón en el mar. Buenísimo para la recuperación y para abrir el apetito. Espera la tostada.

Juan, con el chándal blanco, explica un ejercicio en el parque del Ikea. Juan, con el chándal blanco, explica un ejercicio en el parque del Ikea.

Juan, con el chándal blanco, explica un ejercicio en el parque del Ikea. / Rafael González

Juan Pomedio (Tribu Sport)

Acaba de empezar una nueva aventura en solitario y si Tribu Sport cuenta ya con casi treinta deportistas, es que Juan hace muy bien su trabajo. Acostumbrado a entrenar en sala, el preparador tiene buena imaginación para tratar todos los grupos musculares aprovechando (sin estropear) el mobiliario del parque del Ikea. “La sala está acondicionada y adaptada para poder realizar todo tipo de ejercicios, desde el tipo de suelo hasta el distinto material. Al aire libre al final tienes que adaptarte al sitio, no podemos realizar una gran variedad de ejercicios, pero nos adaptamos. También influye la meteorología, aunque en nuestra provincia casi siempre tenemos buen tiempo. A veces demasiado viento. Con el tema de la pandemia, ahora es más conveniente entrenar al aire libre, lo más importante es no dejar de realizar actividad física para poder tener una buena salud”.

El monitor de Tribu Sport asegura que la mayoría de sus clientes prefieren “entrenar al aire libre” y él lo hace tanto en el parque de Ikea como en la Vega de Acá. “Respetamos las medidas de seguridad y nuestros entrenamientos son en grupo muy reducidos como marca la ley sanitaria”.

Juan enumera las medidas de seguridad de sus entrenamientos. “Los clientes usan gel hidroalcoholico antes de comenzar los entrenamientos y después de cada ejercicio, respetan la distancia de seguridad, usan mascarilla cuando no se esté realizando la actividad física y al terminar cada entrenamiento, desinfectamos todo el material utilizado...”.

Leo da instrucciones para un ejercicio con kettlebell (pesas rusas) en la Vega de Acá. Leo da instrucciones para un ejercicio con kettlebell (pesas rusas) en la Vega de Acá.

Leo da instrucciones para un ejercicio con kettlebell (pesas rusas) en la Vega de Acá.

Leo Porolli (Leonador Porolli Entrenador Personal/LPF Hipopresivos)

Leo Porolli lleva toda su vida entrenando. Primero como profesional del voleibol y hace década y media como entrenador personal. Por su forma de ser, prefiere entrenar al aire libre que hacerlo en una sala. “Al aire libre entrenas con mucho oxígeno, en libertad, no respiras el sudor de otros. Fui de los primeros en entrenar al aire libre, al principio nos miraban como locos. Estamos en un lugar ideal para entrenar así, la gente prefiere entrenar al aire libre”, dice el argentino.

El preparador personal, al que le gusta entrenar en la playa, en zonas donde no hay gran afluencia de bañistas, habla de los beneficios de entrenar al aire libre. “Estás relajado, la gente entrena con más ganas, tienes contacto con la naturaleza... Eso es muy beneficioso para la salud y para la mente ante una jornada estresante de trabajo, sobre todo ahora que estás encerrado teletrabajando”.

Por su experiencia como profesional, desde siempre ha insistido a sus clientes para que guarden distancia entre ellos. “Nunca me ha gustado que la gente esté junta, que se toquen cuando estén sudando. Siempre hemos mantenido una distancia social, no sólo ahora. Mis deportistas guardan de tres a cuatro metros de distancia, cada uno tiene su material que limpiamos al final con productos higiénicos”.

Acostumbrado a entrenar en la playa del Zapillo, Costacabana o en los parques de la Vega de Acá, Leo no tiene problemas en realizar entrenamientos variados y espectaculares. “Hay mucha gente que nos mira porque últimamente he metido unas técnicas novedosas: se llama TacFit. Es una escuela americana que muestra beneficios a corto plazo”.

Finalmente, Leo destaca a dos de sus deportistas. “Tengo a dos embarazadas de seis meses. Empezaron al principio del embarazo y son un ejemplo. Tienen sus tiempo de descanso, su seguimiento personal, ya que les controlo de forma exhaustiva las pulsaciones. Están hechas unas bestias”.

Pablo Sánchez, en el centro con las Cuevas de Conan al fondo, mientras sus deportistas hacen flexiones. Pablo Sánchez, en el centro con las Cuevas de Conan al fondo, mientras sus deportistas hacen flexiones.

Pablo Sánchez, en el centro con las Cuevas de Conan al fondo, mientras sus deportistas hacen flexiones. / Rafael González

Pablo Sánchez (Mestizo Crossfit)

Es el grupo más numeroso de todos los que se reúnen en el parque del Ikea. Eso sí, con las distancias de seguridad y todas las medidas de higiene que están a su alcance. En una furgoneta transportan el material desde la colonia de Araceli, se notan que son un grupo deportivo que está acostumbrado tanto a entrenar en sala como al aire libre. “Siempre hemos entrenado dentro y fuera, nos gusta variar: vamos a la playa, al campo, al parque... No estamos siempre encerrados, en cuanto hay buen tiempo, salimos. Lo hacemos así desde hace ocho años”.

El crossfit es una modalidad deportiva espectacular, que en condiciones normales necesita de mucho material, pero los entrenamientos se adaptan gracias al buen hacer de Pablo Sánchez. “Con el buen tiempo, al deportista le gusta estar fuera, aunque a veces se echa material del box, como el TRX, las barras, los discos, maquinaria de remo o bici...”.

Sin apenas viandantes en el parque del Ikea, los deportistas de Mestizo Crossfit guardan sin demasiado problemas las medidas de seguridad. “Fuera de la sala hay espacio de sobra para entrenar separados. Luego, también tenemos grupos burbuja de familias”. Precisamente por hacer bien las cosas, muchos clientes vuelven al grupo. “Hay mucha gente que ha vuelto a entrenar a raíz de estar al aire libre. Gente que no venía desde el confinamiento, ahora vuelve gracias a entrenar aquí. Muchos me preguntan si es posible entrenar sólo al aire libre, aunque nos permitan entrenar en el box en los próximos días”.

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