Ojalá sea 2021 un buen año, mejor que 2020. Es el deseo genérico que decimos y escuchamos por estas fechas, cambiando la cifra. Y que sea por mucho tiempo. Esperanza y propósitos se entremezclan a partes iguales con dosis de incertidumbre e ilusión. En lo que a fútbol se refiere, temporada también extraña. Sin público en las gradas, no nos queda otra que engancharnos a la tele o la radio y el diario para seguir a la UDA. Que todo lo malo sea eso. Ojalá tenga 2021 la llave del ascenso para la UDA. Es el objetivo, conseguirla y volver a abrir de par en par las puertas de la gloria. Pasito a pasito. De momento 2020 acaba con un tercer puesto provisional pese a la última derrota a manos del ahora nuevamente líder Espanyol. La próxima visita, después de Reyes, no será a priori tan dura pero ojito también con el Leganés. Y antes de eso, el domingo anterior -este mismo día 3 para ser más concreto- llega un rival que tampoco lo pondrá fácil. Ojalá empiece 2021 con victoria ante la Ponferradina, que sólo está cuatro peldaños y ocho puntos por debajo de la UDA, con 30 y su séptima posición que le hace aspirar a todo. Yuri, el primo de Charles, sigue siendo importante con la edad de Kalu Uche, que diría mi amigo Raúl, kaluchista confeso pese a que la hemeroteca pueda decir lo contrario. Aquí arriba no vamos mal, tampoco en medio o atrás, pero algún refuerzo siempre viene bien. Ojalá se suba en 2021. De momento, lo último de 2020, a caballo -reno o camello- entre Papá Noel y Reyes: ha llegado cedido del Sporting de Lisboa el joven defensa Ivanildo Fernandes. Puede ser un buen recambio por si faltan los internacionales Cuenca y Maras. En estos refuerzos, a priori y en teoría simple fondo de armario, puede estar la llave de Primera: con tanta igualdad, nunca se sabe dónde puede marcarse la diferencia. Brindemos porque así sea. Y porque tengamos SALUD. Así, con MAYÚSCULAS.

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