En tránsito
Eduardo Jordá
Vivienda
Me ha salido rana”, esta frase es una de las más históricas de la política española. Pertenece a Esperanza Aguirre cuando saltó la imputación de Francisco Granados, su segundo en la Comunidad de Madrid. A veces pasa y me huele que al presidente del Gobierno le va a pasar tanto por algún escándalo como por algún palmero emocionado como es Óscar Puente. Este último tiene tal emoción por hacerle la pelota al jefe que a veces queda en ridículo. Ya lo escuchamos la semana pasada cuando le dijo a todo el mundo quién era Pedro Sánchez (el...amo) y ahora mete la pata provocando un conflicto diplomático de alta envergadura. Todo lo hace por destacar y que su jefe vea que lo hace por él. Lo que pasa que creo que hasta el jefe del Ejecutivo ha pasado vergüenza tras las declaraciones del ministro de Transportes insinuando o afirmando que Milei, presidente de Argentina, se droga o toma alguna cosita cuando lo vio por la televisión. Hemos llegado a un nivel tan ‘barriobajero’ que ya lo políticamente correcto ha desaparecido. Luego, vamos con el victimismo y escupiendo hacia los medios que están contra la ideología del Gobierno. La famosa “máquina del fango” de la que tanto habla ahora todo el PSOE. Oigan, ¿y esto de Puente qué es? Sí que es verdad que el presidente argentino no es un buen ejemplar para la política, pero hay que guardarse lo que piensas y saber qué es adecuado o no para soltarlo en un mítin o tomando una cerveza con amigos. Algo básico que creo que ya tendría que saberlo, lleva algunos años en esto. El problema del vallisoletano está en el estado de nervios continuo con todo aquel que le señala. Lo hace delante de los micrófonos o con su perfil de Twitter. Imagino que tendrá ansia para convertirse en el heredero de Sánchez, pero me huele que la Ejecutiva de Ferraz pasó gran vergüenza el sábado tras sus declaraciones. Todo esto les viene, una vez más, como anillo al dedo a los populares, después de una pequeña ilusión de llegar al poder la semana pasada. Estamos en un momento que nadie puede imaginarse. Lo que está claro es que el próximo domingo no son elecciones a nivel autonómico, se pueden considerar nacionales. Son clave para saber si la legislatura sigue por parte del que verdaderamente manda, el señor Puigdemont.
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