Hoy arranca junio, un mes que puede ser histórico en clave rojiblanca, con el que sería el tercer ascenso de la UDA a Primera División, el cuarto de un equipo almeriense. Sin tiempo de descanso, mañana da comienzo la promoción y aunque los de Rubi no están en su mejor nivel, mostrado en otros momentos de la temporada, las sensaciones son que todo puede ocurrir, ascenso incluido, a diferencia del pasado ejercicio, cuando se encararon las eliminatorias sabiéndose perdedor. Las taquicardias de esta semana se multiplicarán a la máxima potencia durante las dos siguientes en caso de superar al Girona. Y todo mezclado con la Eurocopa, diferente a la habitual, pero no por ello menos apetecible. Por primera vez se disputará en once sedes diferentes y lo hará en año impar, algo que no había ocurrido antes. Se podrá disfrutar lo más cerca posible, al acoger Sevilla cuatro partidos una vez que el gobierno vasco hiciese de las suyas. Durante la pasada navidad, la más gris por eso de no poder celebrarla como siempre, parecía una utopía que el torneo se celebrase con aficionados en las gradas. Con las vacunas (negocios del gobierno incluidos), la ansiada normalidad va llegando y ya se pueden ver estampas preciosas, como partidos de más alto nivel en su esencia, esto es, con seguidores animando a sus equipos. La imagen naturalmente dolerá a algunos después de haber sido el fútbol, un espectáculo al aire libre, de los más perjudicados durante esta crisis sanitaria, viendo cómo otros eventos sí contaban con multitud de ojos en vivo a pesar de ser en recintos cerrados. Es de suponer que ahora esos abrazafarolas incompetentes no se pongan las medallas de tal éxito. Porque es un éxito llegar hasta esto después de lo vivido durante todos estos meses. Ahora toca disfrutar y sufrir. Empieza un mes cargado de las emociones que nos gustan. El mes.

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