El callejón del gato

Borjamari se rebela

No es el caso de la presidenta de Madrid que, se solidariza con los manifestantes de las cacerolas

Todo internauta que se haya conectado a cualquiera de las redes sociales para echar un vistazo a la presente situación desde que se decretó el estado de alarma para combatir al COVID-19, probablemente habrá visto que proliferan los mensajes de amigos virtuales con la imagen de Borjamari manifestándose en la calle Núñez de Balboa del Barrio de Salamanca madrileño, con la bandera de España a modo de capa y un cucharón en la mano atizándole al culo de una cacerola con más pringue que el palo de un gallinero, por culpa de Pedro Sánchez que, con la declaración del estado de alarma, impide que la empleada de hogar vaya a pasarle un estropajo. A Borjamari le sobran razones para rebelarse contra este gobierno que tiene a su padre sin poder ir al Real Club de Golf la Herrería a jugarse una partida, por culpa de Pedro Sánchez, y a su madre con esos pelos. La buena señora con una cenefa canosa, que ya no la cubre la felpa de terciopelo, por culpa de Pedro Sánchez, no estaba en condiciones para salir a la calle y se conformó golpeando las cacerolas desde la ventana. El padre si salió y pudimos verlo en plena rebelión golpeando con el palo de golf a una señal de tráfico. Al hombre no le faltan motivos para protestar, con lo bien que le iba el negocio de los pisos turísticos ahora no le quedará más remedio que reconvertirlos en viviendas para alquiler, por culpa de Pedro Sánchez, y tendrá que competir, bajando los precios, con otros de su clase que, dicho sea de paso, también estaban manifestándose en el barrio de Salamanca contra Pedro Sánchez. En cuanto a la hermana de Borjamari, cómo no iba a sumarse a la manifestación y protestar golpeando cacerolas, que la joven apartó un modelo de Christian Dior antes del estado de alarma y con el confinamiento la báscula avanza sin freno y, por culpa de Pedro Sánchez, su cuerpo no va a caber en el modelito de sus sueños para impresionar este verano cuando vayan al apartamento de Mallorca. Quien no vea que hay motivos de sobra para emprender estas caceroladas contra Pedro Sánchez en la calle Núñez de Balboa es que no tiene corazón. No es el caso de la presidenta de Madrid Isabel Díaz Ayuso, que, como no podía ser menos, se solidariza con los manifestantes de las cacerolas y hace suyas las reivindicaciones de los vecinos del Barrio de Salamanca advirtiendo al gobierno de Pedro Sánchez que "Esperen a que la gente salga a la calle, porque lo de Núñez de Balboa les va a parecer una broma".

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