La tapia con sifón

Comer sano

Hace tiempo que no cuento una conversación de las que pillo al vuelo en bares y similares

Hacetiempo que no cuento una conversación de las que pillo al vuelo en bares y similares. En este caso fue en la Plaza. Un dependiente de un puesto está cortando un aguacate y, como el puesto no es de los de frutas y verduras, un cliente le pregunta si se está preparando un tentempié, cosa que confirma el preguntado, quien añade que lo suele tomar muchas mañanas. El cliente -que se ve que lo conoce porque lo llama por su nombre- le alaba el gusto y le comenta que está de vicio el aguacate con unas anchoas (en el puesto en cuestión hay muy buenas salazones). Pero el joven dependiente le contesta que ni hablar, que se lo toma con jamón york o con fiambre de pavo, que son mucho más sanos.

El paseante que escucha la conversación se queda pensando en cómo ha calado la vieja mentira de que el jamón york es muy sano. Siempre se lo han dado a los enfermos, a los niños y demás personal delicado. Con lo fácil que es leer la composición en el envase. Claro que antiguamente no se ponían los ingredientes y la publicidad engañosa juraba que era jamón cocido sin más y, por tanto, sano. Y el "sanísimo" fiambre de pavo está tan cargado de ingredientes impropios como el que más. Es mucho más sano el jamón serrano, sea ibérico o blanco. Y las anchoas también. Técnicamente son alimentos procesados, pero sólo sufren una curación con sal. Los otros son ultraprocesados, con docenas de aditivos (proteínas de soja, dextrosa, féculas, colorantes, saborizantes, gelificantes…) y tratamientos industriales de variado espectro. Y es que si no los aplican les sucede como a los recientes casos de "La Mechá". O sea, que los ultraprocesados son sanos -salvo esos escasísimos incidentes- en el aspecto sanitario, pero no en el largo plazo de la salud que proporciona el comer productos naturales o poco procesados.

Les paso la receta de los aguacates con anchoas que hacía Stephan Streifinguer cuando regentaba La Chumbera, allá por los inicios del presente siglo: cortaba pimientos verdes, rojos y amarillos en cuadritos, les añadía un poco de cebolla muy picada, cebollino y anchoas (para un aguacate gordo unos cuatro filetes); lo aliñaba con perejil, albahaca, mostaza, unas gotas de vinagre de jerez y aceite virgen extra, y cubría el aguacate hecho rodajas con esta "anchoada". Es más trabajoso que abrir un sobre de fiambre de pavo, pero ni punto de comparación, oigan.

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