El callejón del gato

Constitucionalistas

No son diputados catalanes ni vasco, ya que ni Cataluña ni el País Vasco participan como institución en las elecciones

En el 41 cumpleaños de la Constitución se han puesto de moda dos términos: los constitucionalistas y los anticonstitucionalistas, según se esté de acuerdo, o no, con su contenido. La Constitución es la ley suprema y, como cualquier otra ley, lo importante es su cumplimiento, y no la opinión personal que se tenga sobre ella. Uno puede estar más o menos conforme con el Código Penal en relación, por ejemplo, con la penalización de la eutanasia y a nadie se le ocurre dividir al personal entre "derechopenalistas" y "antiderechopenalistas". La vigente ley laboral tiene muchos detractores y nadie les llama "antiderecholaboralistas". Como digo, lo que cuenta es el cumplimiento de la ley y, bajo ese punto de vista, todos los partidos que tienen representación parlamentaria han hecho el mismo recorrido constitucional para obtener los escaños de los que disponen. Habiendo cumplido lo establecido en la Constitución a rajatabla, todos son constitucionales y merecen la misma titulación. Si lo que se pretende es descalificar a los partidos nacionalistas llamándoles anticonstitucionalistas, en mi opinión, es una estrategia totalmente equivocada ya que semejante atribución les produce más beneficios que perjuicios. Me explico. Por mucho que renieguen de la Constitución Española, es el instrumento legal del que se han servido para ser diputados en el Congreso. No son diputados catalanes ni vascos ya que ni Cataluña ni el País Vasco participan como institución en las elecciones al Parlamento, sino diputados españoles elegidos en la provincia respectiva en función del número de habitantes, donde para nada cuenta la pertenencia a una u otra comunidad autónoma. A efectos legales no existe diferencia alguna entre un diputado de Gerona y otro de Valladolid, pongamos por caso. Pertenecen al mismo parlamento, tienen el mismo derecho al voto y figuran en la misma nómina con cargo a los Presupuestos Generales del Estado Español para cobrar un sueldo con arreglo a lo establecido en el artículo 71. 4º de la Constitución, al que ninguno renuncia, por muy anticonstunacionalista que se declare. Haciendo uso de la Constitución para su provecho personal, lo del anticonstitucionalismo es un término que les viene de perlas para embaucar a su electorado y no se les puede hacer mejor favor que tratarlos de anticonstitucionalistas. Lo propio sería desenmascararlos declarándolos fieles a la Constitución y diputados españoles, que es por lo que cobran.

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