Consumidor/ marioneta

El infierno de Dante está localizado en un pasillo del centro comercial en el que abundan las ofertas y los precios psicológicos.

Apesar de que todos sabemos desde hace tiempo que somos meros conejillos de indias en los estudios de intención de consumo, seguimos cayendo una y otra vez en todas las trampas que nos ponen. Probablemente nuestro individualismo sin contenido tiene la culpa de todo esto porque los hábitos de consumo saludables no son de nuestro interés a pesar de que tenemos toda la información a nuestro alcance. Casi que me planteo que un consumidor es una persona con el síndrome de abstinencia. Una vez que consiguieron crearnos los condicionamientos necesarios en nuestra infancia lo demás es más fácil: ponernos nuestra dosis de consumo para que una y otra vez nos enganchemos a ese falso bálsamo de fierabrás que es el consumo. Estoy convencido de que por culpa de esto hemos vuelto a la caverna de Platón. Nuestra vida está regida por sombras que vemos y de las cuales no tenemos un conocimiento cierto pero a las que seguimos sin dudar un ápice. Pasan delante de nosotros y les ofrecemos ofrendas y rezos siguiendo los rituales económicos. Esto también implica que el logos, la razón, ese loable logro de la humanidad que ha estado atesorado durante siglos, queda ahora en entredicho y el mito ha vuelto a erigirse en su lugar entre las ofertas, publicidades y precios psicológicos. Nos hemos perdido en el camino y somos tan adictos al consumo que no tenemos capacidad para admitir que esto es cierto. Desde aquí se proclaman las frases hechas: "puedo dejarlo cuando quiera", "yo soy más fuerte", etc. No obstante en el fondo sabemos que cuando aparezcan las ofertas en pasillo del centro comercial caeremos en la tentación. Podría decirse así que se ha hecho una analogía con la cultura del pecado y la tentación de la tradición cristiana. Quizás han divinizado el pecado y han demonizado la salud. Han sabido hacer del morbo y del tabú elementos imprescindibles para atraer a los consumidores. En la guerra del consumo todas las armas son válidas y el juego de la transformación cultural se ha venido haciendo desde hace tiempo. ¿Qué diría Platón si nos viera en esta tesitura de dejadez moral, tan alejados de las ideas? Nuestra era de dominación emocional, alejada del concepto de la virtud clásica, ha hecho que el consumidor sea un concepto más valorado jurídicamente que el de ciudadano. Llegamos a ese punto podemos decir que estamos en los círculos del infierno de Dante.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios