Escaparates

Yo sólo celebro que sigan existiendo el peluquero, el peletero y el de la tienda de tebeos

El Fantasma de la Navidad Presente recorre la ciudad mintiendo ya que en realidad el cuento o canción es al revés. Volviéndolo a leer se intentar pensar que la Navidad es tiempo de alegría, mientras, todos los demás fantasmas nunca descansan y recorren la ciudad, el tiempo y el mundo. Pero quedan ápices de la Navidad de mentira, de luces, derroche y norias, que escapan al resto de destellos falsos y belenes fatuos. Todavía a pesar de todos los que tratan de barrerlos con el ímpetu de la renovación funesta, los personajes del centro de la ciudad y del mundo siguen impertérritos en su sitio. El peluquero que corta el pelo exactamente igual, sólo que sin inquilinos de chascarrillo y tertulia, ahora ya solo, a la peluquería se viene a cortar el pelo, no a chafardear, ni fumar, ni hablar, ni comentar el partido de fútbol, ni hacer la quiniela a pachas. El peletero, vendedor de artículos de piel de calidad, sigue, es posible que por mucho tiempo, con su gama de productos impecables, no hay en toda la provincia igual comercio, donde venden la calidad que ya nadie quiere, ni el trato ni el servicio. Y este año le han dado el premio al mejor escaparate. No se si yo mismo repararía en todos los detalles, el libro de antaño, de cuando los escolares iban con solo dos libros, el libro de España y la enciclopedia Álvarez, qué vetustos, qué fascistas libros. Ahora van con un montón, o ninguno (en la universidad está prohibido comprar o consultar libros), que no sirven absolutamente para nada porque a los escolares ni a los estudiantes no le interesa para nada lo que dice el fascista libro de España, la enciclopedia Álvarez y menos los de ahora (incluidos los actuales comecocos, que antes fueron otros y mañana serán diferentes, y que nada nunca quedará en los escolares ya que cuando terminen quemarán los apuntes, los libros de antes y los de ahora). El escaparate tiene su punto kitsch con su nave de la Guerra de las Galaxias (me niego a decir Star Wars ni a ver los truños de precuelas y secuelas y bazofias posteriores que en realidad son anteriores o yo qué sé). Y el resto del escaparate, pues no me he fijado porque todo son prisas paganas para celebrar comer, beber y negar la realidad. Yo sólo celebro que sigan existiendo el peluquero, el peletero, el de la tienda de tebeos y los demás por mucho tiempo antes de que el Fantasma de las Navidades Futuras se los lleve a todos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios