El callejón del gato

España no se rompe

No se trataba de ofrecer una política alternativa al PSOE, sino de echar a Pedro Sánchez de La Moncloa

Sobre Pedro Sánchez se han vertido opiniones de lo más miserables por parte de los líderes de la derecha, apoyados por algunos periodistas y tertulianos afines, con intervenciones cargadas de insultos sin prueba alguna que lo justifique. Los tres partidos de la derecha, según sus reiteradas manifestaciones tenían un objetivo común. No se trataba de ofrecer una política alternativa al PSOE, sino de echar a Pedro Sánchez de La Moncloa de la manera que fuera, o de bajarlo del avión donde han viajado los presidentes que le han precedido. Qué manía con el Falcón. De ahí no los sacabas cada vez que tenían un micrófono delante. Los dos pilares sobre los que se basaban para que los españoles nos deshiciéramos de Pedro Sánchez eran uno por su disposición a romper España y otro de carácter estrictamente personal. Con respecto a lo de romper España ya me he referido en más de una ocasión a la monserga que nos han largado hasta la saciedad con eso de "Bildu, Torras, los filoetarras, Puigdemón, Otegui, los independentistas que quieren romper España…" Cada vez que alguno de sus adversarios aparecía en pantalla, ya fuera un político o un tertuliano afín, sabíamos de antemano que nos iba a soltar el rollo de Pedro Sánchez vendiendo España. Pero de poco les ha servido el manido discurso. Si analizamos el comportamiento del presidente Sánchez con respecto a los independentistas catalanes, apoyó a Mariano Rajoy para la aplicación del artículo 155 cuando jurídicamente hubo razones para ello, comportándose como un hombre de estado, y a la hora de presentar los presupuestos, los independentistas han votado en contra por la sencilla razón de que no han conseguido nada de lo que pedían a cambio. Eso es lo que han visto una mayoría de españoles y no la cantinela con la que pretendían convencernos los del tripartito. Con respecto al pilar de carácter estrictamente personal, si nos atenemos a los insultos con los que se han despachado sus adversarios, Pedro Sánchez representaría la encarnación de mal. Y claro, insultar sin fundamento, no convence a nadie. Así que, después de tanto hablar, de tanto tertuliano vociferando, de tanto politólogo analizando cada gesto y cada palabra, y de tantos medios de comunicación intentando manipular según sus preferencias, se ha demostrado que una mayoría españoles tenemos las ideas claras, nuestras decisiones se basan en nuestras percepciones personales y no nos dejamos manipular. España no se rompe.

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