Expresiones coloquiales

Suelen ser expresiones de una época, lo que puede entorpecer la comprensión en hablantes de grupos de edad

Hoy quiero dedicar esta Rambla a algunas expresiones coloquiales caracterizadas formalmente por la presencia de una coletilla. En ese añadido se aprecia casi siempre una rima consonante que se dice con cierto gracejo y tono informal.

Suelen ser expresiones de una época, lo que puede entorpecer la comprensión en hablantes de grupos de edad, en las que aparecen nombres y apellidos, como "no te enrolles, Charles Boyer" o "la cagaste, Burt Lancaster", hay que aceptar que la gente joven no tiene a estos actores como referentes. Parecido ocurre cuando aparecen marcas, como en "a la cola, Pepsicola", "de qué vas, Bitter Kas" o "a mí plim, yo duermo en Pikolín". La respuesta "bien con Okal" (a la pregunta ¿cómo estás?) deja in albis a quien se interesa por alguien a no ser que sepa que Okal era la aspirina entre los años 40 y 60 del siglo XX.

Las hay sin rima, como "hasta luego, Lucas", "yes, very well, fandango", "efectiviwonder", "toma castaña" o "te conozco, bacalao".

Algunas muestran variantes o cambian con el tiempo, como "hola, Radiola" y "hola, caracola"; "me las piro, vampiro" y "me piro, Robert de Niro"; "echa el freno, Magdaleno" y "echa el freno, Macareno"; "en fin, Serafín"; "alucina, vecina" y "alucinas, pepinillos" y "hasta luego, cocodrilo" (calco de la expresión inglesa "see you later, Alligátor"); "chúpate esa, Teresa" y "chao, bacalao". Suelen ser muy productivas con nombres de persona, como "qué nivel, Maribel", "cómo está el mundo, Facundo", "qué risa, Felisa", "que te he visto, Evaristo", "que te veo, Timoteo", "no te jodes, Herodes", "toma del frasco, Carrasco", "vas de listo, Calixto", "ya te digo, Rodrigo", "qué cruz, Mariluz", "que guasa, Tomasa" y "Maroto, el de la moto", "vas dao, Wenceslao", "a ratos, Pilatos", "escupe, Guadalupe".

Estoy seguro de que han usado alguna vez "chachi piruli", "que no te enteras, Contreras", "toma Jeroma, pastillas de goma", "una y no más Santo Tomás", "a otra cosa, mariposa", "ahueca, muñeca", "de nada, monada", "mi gozo en un pozo", "a lo hecho, pecho", "tararí que ti ví" o "guay del Paraguay". Hay muchísimas más que perduran en el tiempo.

Estos floreos suponen una explosión de creatividad (informal, por supuesto). En épocas y diferentes momentos caen en gracia. Son pegadizos y contagiosos y se dejan caer en cualquier conversación con cierto aire de guasa y jocosidad.

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